Salteado de estaciones de penitencia

Desde Jaén. Presidenta Susana, me sorprendió gratamente tu admirable gesto de alto estadista; aunque al final el ERE común de la hipocresía para seguir en el poder va de corrala y toca tragar pacto, a pesar de que tu socio degenere en la “utopía” de conceder piso a los camaradas, bandoleros de propiedad privada y saltándose a miles de familias en lista de espera y con más derecho. Estamos cansados de que todo lleve el marchamo de solo para los del partido, “cosa nostra y ozu”. La semana de pasión se fundamenta en darse golpes de pecho y gomina, adorando a un Dios que es enemigo de las concertinas y el paripé de aduana que somos de la lejana y aséptica Europa del norte, que además nos manda observadores en vez de corregir en origen injusticias francófonas y del glorioso imperio de su Majestad, (más hipócrita pero con clase). Por favor, que bajen a sus antiguas colonias y creen esperanza e inversiones para compensar los desaguisados de antaño y no nos obliguen a ser porteros de la trastienda y sus miserias, que nos deberían avergonzar al mal llamado primer mundo. El Gobierno tiene la obligación de crear las condiciones necesarias para ofrecer trabajo no solo pregonando recuperaciones de Montoro por montera, también demostrando implicación y escuchando la sensibilidad de la calle, asumiendo errores que no encajan ni en la B; el mea culpa ayudaría pero hay demasiado pringado, orgullo y cloacas. También sería oportuno con la mayoría absoluta cancelar por ley la vergüenza nacional de tener 10.000 aforados de Santa Corrupción, que son los primeros que deben dar ejemplo y tener agravante en las penas por el puesto que ocupan y el daño ocasionado a la economía de todos los españoles en caso de ser condenados. Los taifas van a ser derrotados desde dentro, aunque tarde; por las frustradas expectativas creadas, tapadera de corruptelas e incompetencias, pactos electorales contra natura, donde cada cual calcula el desgaste ajeno sin pensar en los sufridos pagadores del bipartito; miremos a Ucrania y obliguemos a embarcarse al capitán Araña, al que eche de menos en el Congreso; no solo se vive de mensajes conspiratorios y terceras personas emisarias para: metí la pata pero quiero tener un hueco en la historia y además ser el protagonista. Al final os remito a Albert Boadella que analiza sabiamente los resultados del café para todos, la incompetencia, el centralismo de imbéciles, el victimismo de los nacionalistos y cómo se van a pagar las consecuencias de dos generaciones de educación partidista y excluyente, el resultado es que el odio cotiza más que la razón; va a resultar que los políticos son malos figurantes y les faltan muchas tablas para actuar con equidad en el Gran Teatro del Mundo. Los ignorantes y apesebrados sestean en una comedia, unos pocos ineptos con poder nos arrastran irremisiblemente a la tragedia y la prensa todavía no amordazada nos enseña el drama de cada día.


    15 abr 2014 / 22:00 H.