Salta la alarma en la provincia por el calzado y los sofás contaminados
Nuria Fernández / Jaén
La alarma por el calzado y los muebles contaminados procedentes de China llega a Jaén. Ya son más de veinte las personas afectadas en la provincia que han notificado sufrir rojeces, ampollas y quemaduras después de estrenar un producto rociado con dimetilfumarato, sustancia prohibida en la Unión Europea.
La última jiennense en acudir a la Plataforma de Afectados por Dimetilfumarato, el organismo que ha dado a conocer la presencia del fungicida en productos que se comercializan en España, es L. T. V.

La alarma por el calzado y los muebles contaminados procedentes de China llega a Jaén. Ya son más de veinte las personas afectadas en la provincia que han notificado sufrir rojeces, ampollas y quemaduras después de estrenar un producto rociado con dimetilfumarato, sustancia prohibida en la Unión Europea.
La última jiennense en acudir a la Plataforma de Afectados por Dimetilfumarato, el organismo que ha dado a conocer la presencia del fungicida en productos que se comercializan en España, es L. T. V.
El pasado 16 de diciembre recibió en su casa el sofá de piel de vacuno que había adquirido en un comercio de la capital una semana antes. A los pocos días empezó a notar picores en los hombros, en la zona lumbar, en los gluteos y en todas las partes que se habían puesto en contacto con el mueble, pero al coincidir las molestias con las vacaciones de Navidad, no le dio mayor importancia. “Creí que se trataba de algo que me había sentado mal”, explicó. En poco tiempo los síntomas se recrudecieron, pero no se dio cuenta de que podían estar vinculados con la compra hasta que recordó haber oído la algo al respecto en los medios de comunicación a finales de diciembre. Al acudir a su médico de cabecera descubrió que ya se había difundido la alerta sanitaria. Su hijo también estuvo afectado los primeros días.
Pero el suyo no es el único caso de personas que han manifestado sufrir alergia por esta sustancia tóxica. La cazorleña Gisela Poblaciones sufrió hace dos veranos, por primera vez, un ataque al estrenar unas sandalias. Necesitó mes y medio para recuperarse de las ampollas y picores que hicieron que su pie aumentara más de dos tallas, y tenía que acudir a diario al centro de salud para que le trataran las heridas. “Volvió a pasarme un par de veces más, pero dejaba de utilizar los zapatos y ya está”, explica. En diciembre, embarazada de ocho meses, se compró unas botas de la firma Amelia Zaragoza, que se fabrican en China, y no se ha podido mover “Estoy a punto de dar a luz y me he pasado el último mes con los pies vendados y en chancletas”, explica, y añade: “No podía ni llevar a mi otra hija al colegio”. Por su avanzado estado de gestación, le trataron las pústulas en los pies con cristalmina. Se dio cuenta por los medios de comunicación de que los zapatos estaban “envenenados”.
Desde que la contaminación se hiciera pública, cientos de personas de todas las partes de España se han puesto en contacto con la Plataforma de Afectados por Dimetilfumarato, según su portavoz, Marga Santamaria, que planea interponer una denuncia conjunta.
Otras víctimas se han dirigido a distintas asociaciones de consumidores para hacer constancia de la comercialización de productos que han estado en contacto con esta sustancia, cuyo empleo como biocida está prohibido. Algunos comercios se niegan a devolver el dinero por los productos contaminados.
La alerta existe desde hace años
Países europeos como Francia, Gran Bretaña o Finlandia habían tomado medidas respecto a la utilización de dimetilfumarato como fungicida en sillones y sofás y la inserción de bolsitas con el tóxico en botas y zapatos, incluso, infantiles. En el país vecino llegó a retirarse del mercado la marca de calzado Etam y en Inglaterra, asociaciones aseguran que ha sido la causa de la muerte de dos personas.
Más información en la web www.todoalergias.com o en el teéfono 647 922 808