Saldo peatonal

En época de rebajas, el saldo político también tiene su hueco en la planta de oportunidades. Cuando el tranvía surca con sus obras la epidermis de la ciudad, su polémica da una tregua para enquistarse en el centro a cuenta de la peatonalización de la calle Bernabé Soriano y las obras aledañas. Mientras los brotes verdes sean un espejismo en el páramo de la crisis, es difícil convencer a un comerciante de la zona o del popular mercado de San Francisco que el vacío de su caja de caudales no está relacionado con esta asfixia transitoria.

    19 jun 2009 / 17:10 H.

    Pero, aunque haya comprensión y medidas para paliar las molestias, la iniciativa es futuro para la zona. El entorno de la Catedral ganado a los viandantes generaría calidad de vida para sus vecinos y oportunidad de negocio para los comerciantes. Experiencias similares se abrieron camino, no exentas de polémica, en otras ciudades por las que paseamos, consumimos y gastamos nuestro exiguo dinero. Málaga, gobernada por el PP, y su remozado centro pueden ser un ejemplo cercano de trabajo bien hecho. Pero lejos de pensar en un modelo de ciudad, por más que nos duela la cabeza con sus obras, el PP jiennense, atrincherado y con García Anguita tirando a todo lo que se mueve, amenaza ahora con desandar el camino y volver a abrir al tráfico la calle si gana las próximas elecciones. En un alarde demagógico asume como causa-efecto el mal de los empresarios y se olvida de sus propias promesas electorales. Mal si los árboles no te dejan ver el bosque. La planificación de una ciudad no se puede cambiar al socaire de un colectivo, cuando lo que prima es un beneficio general. Exigir medidas compensatorias, facilidades para carga y descarga, entre otras medidas, sí es estar al lado de los comerciantes, pero, también, al lado de la ciudad.

     

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