14 may 2015 / 11:28 H.
Muchas personas, en año de elecciones, no saben a quién votar. Algunos piensan que ninguno de los de arriba les representa. Otros piensan que los ideales de “x” partido no van muy allá con los suyos. O, al menos, no son los mismos al completo. Pero hay un grupo de personas que realiza una serie de votos —o no van a votar, directamente— que puede ser muy perjudicial para el ciudadano, por lo que me dispongo a explicar cuál es la consecuencia de votar de una manera o de otra. En primer lugar, hablaremos del voto nulo, que se da cuando dentro del sobre hay algún objeto “de más” (algo muy visto es la típica loncha de chorizo, aunque yo esas las prefiero en bocata). Se consideran votos emitidos no válidos, por lo que nadie se beneficia de ellos. El voto en blanco es cuando dentro del sobre no hay nada. Este tipo de voto puede ser muy peligroso, pues favorece al partido grande a consecuencia de nuestro Sistema electoral, basado en la Ley D’Hont. Por último, tenemos la abstención como tercera opción, o lo que es lo mismo, no ir, directamente, a ejercer el derecho a voto. En este caso, el voto no se suma, de ninguna manera, a los resultados. Sería como si tú, como persona y votante, no hubieras existido para esa legislatura. Así que, para las próximas elecciones, piénsatelo bien.