Rutinarios presupuestos

Nadie espera grandes partidas presupuestarias para la provincia de Jaén. Ningún Gobierno central, sea del color que fuere, se ha destacado por romper la baraja con Jaén y destinar dinero a sacar a Jaén de un viejo ostracismo de comunicaciones, servicios y demás prestaciones. Es una foto fija que se repite cada año, desde hace décadas, en la que Jaén sigue recogiendo unas inversiones sobre el papel que están lejos de aquellas necesidades y de las actuales. El repaso inversor del Gobierno es lánguido porque las escuetas partidas se repiten cada año, alargando su finalización. Además, obras que son presupuestadas, finalmente, se paran por falta de dinero. Que la presa de Siles requiera ese goteo inversor, cuando hunde sus raíces en el siglo pasado, es significativo. Que una obra de gran envergadura, como la conversión en autovía de la carretera que une Linares con el Levante, la A-32, después de tanto tiempo sea la “joya” inversora con 44,9 millones, 7,4 más que el ejercicio de 2014, es de agradecer, pero se requeriría más agilidad y, sobre todo, que al final se cumpla, al menos, esta previsión de desembolso. Eso es otro cantar. A la conservación de carreteras hay otra partida de nueve millones, que, comprobando el estado de tramos de la A-44, parcheados y con circulación cada vez más peligrosa, también se antoja insuficiente. Y qué decir de la partida destinada a la Catedral de Jaén, con 86.000 euros, solo para las cubiertas de la seo, cuando se pretende hacer de ella pilar turístico y su proclamación como Patrimonio de la Humanidad. Más chapa y pintura presupuestaria para Jaén. No hay factor sorpresa ni reacción social ante unos presupuestos que nos dejarán como estábamos.  

    01 oct 2014 / 10:51 H.