Rotonda de Blas Infante
Desde Jaén. Vaya por delante que considero que en las rotondas no debe haber semáforos, porque su función es esa, regular el tráfico sin necesidad de señales. Pero en el caso de la glorieta de Blas Infante, se da la circunstancia de que no funciona tampoco ningún semáforo de las intersecciones, con el grave peligro que eso supone al tener que incorporarse los vehículos desde las calles adyacentes a una avenida de tres carriles como es el Gran Eje.
El segundo peligro, y no menos importante, es el que pasan los vecinos que se atreven a cruzar por los pasos de cebra de la zona, que se juegan la vida en una ciudad sin ninguna tradición de detener el vehículo en los pasos de peatones, reconozcámoslo. Hace unos días cortaron al tráfico la avenida de Arjona, —con el consiguiente caos—, para arreglar los semáforos, pero la cosa sigue igual. Un poco de respeto a los ciudadanos, que en esos detalles es donde se ve un buen gobernante.
Sonsoles Cruz Espinosa