ROSA ARMENTEROS ARAQUE.- "El yoga es un esfuerzo por hacerte dueño de ti mismo"
Inmaculada Espinilla
Es de la personas que irradian una energía especial. La sonrisa pocas veces se le borra del rostro al hablar. Sin embargo, su alegría innata no le resta ni un ápice de seriedad al explicar su filosofía de vida y su forma de afrontar lo que le llegue. Así es Rosa Armenteros Araque, una mujer vitalista, consciente de sí misma y del entorno que la rodea. Realizó estudios de Biología en la Universidad de Jaén, pero un quiebro en su camino le hizo introducirse en el mundo del yoga. Hoy imparte talleres en varios centros de la capital.

Es de la personas que irradian una energía especial. La sonrisa pocas veces se le borra del rostro al hablar. Sin embargo, su alegría innata no le resta ni un ápice de seriedad al explicar su filosofía de vida y su forma de afrontar lo que le llegue. Así es Rosa Armenteros Araque, una mujer vitalista, consciente de sí misma y del entorno que la rodea. Realizó estudios de Biología en la Universidad de Jaén, pero un quiebro en su camino le hizo introducirse en el mundo del yoga. Hoy imparte talleres en varios centros de la capital.
—¿Por qué comenzó a practicar yoga?
—Tuve un accidente hace cinco años y mi vida se encaminó hacia el yoga. Con la imposibilidad de moverme, comencé a meditar y a practicar el yoga de sonidos. Cuando tenía más movilidad, empecé con el “hatha yoga”. Además, me metí en una escuela de formación. Conocí el centro Witryh, en Pamplona, y empecé a dar cursos de formadora. De hecho, desde hace tres años, doy clases en el herbolario Tisana y en Dojo Mucén.
—¿Qué le ha aportado el yoga a su vida cotidiana?
—Para empezar, me aportó conciencia. Encontré en mí armonía y paz interior. Además, te pones más guapa —dice medio en broma—. De la misma manera, en el aspecto físico, se obtienen muchos beneficios y un firme equilibrio.
—Sin embargo, aún existen muchos prejuicios y hay personas que desconfían de este tipo de disciplinas. Incluso, hay quien lo tacha de ser una tontería.
—A todas esas personas les diría que prueben y que, después, saquen sus propias conclusiones. Es cierto que hay prejuicios, es normal. Al sistema actual no le interesa la senda espiritual. En ella, buscas la verdad y, poco a poco, entiendes qué es lo importa y te das cuenta de que no necesitas tantas cosas para ser feliz.
—Por otro lado, este tipo de prácticas parecen estar de moda en la actualidad.
—Claro. Estamos en una época de cambios y en la sociedad también hay una apertura grande. Hay más personas que están despertando a esta conciencia.
— Supongo que habrá también quien se apunte a clases de yoga exclusivamente por los beneficios físicos.
—Por supuesto. Al practicarlo, el cuerpo se pone más bonito, pero, a la larga, se trabajan otros aspectos. Uno puede llegar porque le duele la espalda, porque está gordo, porque sufre ansiedad, etcétera. Son muchos los motivos por los que uno se acerca, pero el yoga es una herramienta antigua y se trabaja tanto la parte energética, como la física y la mental. Al final, se van abriendo diferentes canales.
—¿Cuál es el perfil de las personas que asisten a yoga?
—Por lo general, son mujeres mayores de treinta años. Yo creo que es porque desde nuestro nacimiento estamos conectadas a un ciclo cada mes y nuestra sensibilidad está más abierta. Aunque, por otro lado, también es cierto que cada vez hay más hombres. No en vano, el yoga es un viaje hacia el interior y te ayuda a conectar contigo mismo. Uno se siente mucho mejor y más feliz al practicarlo.
—El próximo domingo, se celebrará un taller de yoga en pareja y masaje sensitivo, ¿en qué consiste?
—Cuando hablamos de yoga en pareja no nos referimos a un compañero sentimental. El taller está diseñado para trabajar con otras personas y conectarnos con la energía del amor. Lo que se va a intentar es que las personas “se vean” en los ojos de otro. Se trabajará la paciencia, la confianza, el sostén. Por otro lado, en el masaje sensitivo, se realizará una introducción al tantra blanco. El tantra es una forma de unirte a una persona, de conectarse. En este caso, lo haremos con los sentidos, con herramientas que no solemos utilizar habitualmente. Será el domingo 10 de marzo, en Tisana. Tiene un precio de 20 euros y los interesados solo tienen que pasarse por el herbolario para inscribirse.
—¿Por qué considera necesario que las personas se acerquen las unas a las otras?
—Pensamos que es algo que hace falta. Muchas personas se sienten solas o tienen problemas para entrar en contacto consigo mismas o con los demás. Hoy en día existe una tendencia al individualismo y este tipo de actividades ayudan a romperla y a eliminar cierto tipo de prejuicios.
—Se dice que las nuevas tecnologías, en muchas ocasiones, han contribuido al aislamiento personal. Hay quien opina que muchos han pasado de comunicarse en persona para dejar paso a las redes sociales o los teléfonos móviles.
—En mi opinión, todas las civilizaciones han llegado a su final cuando se ha producido un desequilibrio entre el desarrollo tecnológico y la solidaridad. En lo que tiene que ver con las nuevas tecnologías, lo cierto es que hay personas a las que les cuesta mucho relacionarse. Este es unos de los motivos por el que es muy positivo practicar yoga en pareja. Ayuda a romper ciertas barreras y, de la misma manera, a quitarse algunos de los prejuicios que tenemos.
—Según avanza la conversación, queda claro que el yoga es positivo para cualquier persona y que son muchos los beneficios que aporta al cuerpo y a la mente.
—Por supuesto. Además, es algo que pueden practicar niños y mayores. No en vano, reporta muchos beneficios. Por ejemplo, este tipo de disciplinas te ayudan a ordenarte de forma interna. Obviamente, no es algo fácil. Supone mucho trabajo y esfuerzo. A nuestro alrededor hay demasiado ruido, es decir, muy poco silencio del que necesitamos para concentrarnos en nosotros mismos. Es algo que normalmente no nos enseñan en nuestras culturas.
—Por lo general, no es una disciplina que llegue a los más pequeños, por lo menos, en la provincia de Jaén.
—Yo soy de la opinión de que el yoga debería impartirse en los colegios. Ayudaría a los niños a estar más concentrados en su actividad diaria. Hay que tener en cuenta que cada vez es más frecuente que no se críen en sus casas, ya que van temprano a los centros educativos. Y eso se nota en la formación del pequeño. En Alemania ya se realizó esta experiencia y los resultados fueron increíbles. Se demostró que los niños tenían más concentración y que manejaban mejor el estrés y los nervios.
—En definitiva, ¿qué es el yoga para usted?
—El yoga te ayuda a ser consciente de tus cualidades y habilidades y las potencia. No es una religión, es una ciencia. De hecho, es algo que pueden practicar personas de cualquier creencia, como musulmanes y católicos, entre otros, y, también, los ateos. El yoga es un esfuerzo por hacerte dueño de ti mismo. Por lo general, estamos muy a merced de nuestros deseos, apetencias, gustos y pensamientos. El yoga nos aporta autocontrol y es autoliberación.