Roquetas, una patria jiennense a orillas del mar

Luisa Moral
Cuando el mar no acude a Jaén, son sus habitantes quienes, en pleno verano, vacían su tierra para poner rumbo hacia la costa. El mar de olivos que cubre la provincia no refresca cuando hay cuarenta grados a la sombra. Una temperatura que se hace insoportable hasta para las chicharras. Es entonces cuando las apenas dos horas y diez minutos que separan la provincia de la costa almeriense se convierten en motivos más que fundados para que, a lo largo y ancho de sus playas, los jiennenses se sientan como en casa.

    26 jul 2009 / 11:14 H.

    Roquetas de Mar es, por excelencia, el destino predilecto en la Costa Blanca. Los años de bonanza económica permitieron a numerosas familias jiennenses comprar su propio apartamento y, ahora, el municipio se transforma en una “pequeña patria” en la que, verano tras verano, se habla con acento de Jaén.
     A pie de playa, este año, la palabra “crisis” se escucha con demasiada frecuencia. Sin embargo, una de las propietarias de las decenas de puestos de alquiler de hamacas que inundan la arena confiesa que, en esta época, “los jiennenses son un regalo del cielo”. No es para menos. Por su cercanía, su buena relación calidad-precio y la tranquilidad de la zona —como definen Francisco Godino y Manuela Moral—, son, cada año más, quienes se decantan por este lugar de la geografía costera y no por otro para pasar sus días de descanso. “Málaga está ya demasiado masificada”, señala la pareja. No en vano, el municipio almeriense pone a disposición del visitante más de dieciocho kilómetros de playas en los que disfrutar de suficiente espacio para colocar la sombrilla en primera línea de playa. Además, las mejoras operadas en las vías de comunicación  que unen ambas provincias, durante los últimos años, reduce, considerablemente, la duración del trayecto y equipara, en tiempo, ambos destinos turísticos.
    Ya en la ciudad, la Urbanización, como se conoce al lugar de expansión de Roquetas de Mar en el que se multiplican los hoteles y los apartamentos, es uno de los lugares predilectos para los jiennenses y los visitantes en general. En esta zona, la playa llamada Sabinal es una de las más frecuentadas por los turistas de la provincia que acuden puntuales a su cita con el sol cada jornada. Su huella es fácil de seguir. A escasos metros, en pleno paseo marítimo, los propietarios del quiosco Revistodas aseguran que los clientes jiennenses superan, de largo, a todos los demás.
    Pero además de cinco playas—Aguadulce, La Ventilla, Los Bajos, La Romanilla, La Bajadilla, La Urbanización de Roquetas de Mar y la Playa de los Cerrillos— en las que disfrutar de aguas limpias y cristalinas, la ciudad ofrece un sinfín de posibilidades para aprovechar el tiempo libre, algo muy valorado por la mayor parte de los turistas de la provincia. Un dato curioso es que dispone de más de dos mil establecimientos comerciales y hosteleros para mimar a sus visitantes durante la temporada estival. Pero también presenta un rico patrimonio histórico y natural para no quedarse en casa cuando sopla el viento de Levante y es difícil mantener la sombrilla en pie en la playa.
    La Punta Entina-Sabinar, a escasos minutos de la ciudad, ofrece, en este sentido, una muestra de los ecosistemas más áridos propios de Almería con una rica flora y fauna en los que se pueden observar aves, como flamencos y formaciones geológicas como las dunas de arena. En la ciudad, por otra parte, se puede disfrutar del Faro y del Castillo de Las Roquetas o Santa Ana, una fortificación del siglo XVII reformada en los últimos años en los que se suelen organizar exposiciones. La última, sobre las vanguardias pictóricas almerienses. Pero también se puede disfrutar de un paseo por el pequeño puerto de la ciudad, con marcado carácter pesquero en el que se pueden apreciar embarcaciones de pequeñas dimensiones. Muchos jiennenses lo señalan como uno de los lugares más entrañables de la ciudad, típico de la cultura marinera de la zona.
    La presencia, cada vez más notoria de los visitantes españoles, es uno de los principales motores de cambio del urbanismo y el ocio de Roquetas de Mar. Muchos jiennenses aseguran que, con el paso de los años, el sabor añejo del turismo alemán o inglés, propio de décadas pasadas, deja paso a establecimientos especializados en el turismo nacional y familiar en general. No es extraño. La mayor parte de los habitantes de la provincia que visitan el municipio costero aseguran que, desde la primera vez que lo hicieron, se “engancharon” a sus playas.