ROCÍO CASTELLANO LÓPEZ. "Los huéspedes valoran el trato humano cercano"
Juana Pastor
Nace en la ciudad de La Peña. Añora su infancia junto a sus padres, Juan y Encarnita, y hermanos, José y Elena. Recuerda esta etapa en un entorno familiar pleno de armonía donde transcurren sus primeros años. En Martos, cursa Bachillerato y, más tarde, marcha a Granada para estudiar Información y Turismo. Finaliza su carrera con buena calificación en el año 1991. En octubre de este mismo año, comienza su vida laboral trabajando de prácticas en el Hotel NH La Perdiz de La Carolina. Un año más tarde, viaja a Sevilla con motivo de la Expo para trabajar en el Hotel NH Ciudad de Sevilla, donde permanece hasta 1998, cuando decide regresar a Jaén para incorporarse a trabajar en el Hotel Infanta Cristina como directora, labor que sigue desempeñando a fecha de hoy.
Nace en la ciudad de La Peña. Añora su infancia junto a sus padres, Juan y Encarnita, y hermanos, José y Elena. Recuerda esta etapa en un entorno familiar pleno de armonía donde transcurren sus primeros años. En Martos, cursa Bachillerato y, más tarde, marcha a Granada para estudiar Información y Turismo. Finaliza su carrera con buena calificación en el año 1991. En octubre de este mismo año, comienza su vida laboral trabajando de prácticas en el Hotel NH La Perdiz de La Carolina. Un año más tarde, viaja a Sevilla con motivo de la Expo para trabajar en el Hotel NH Ciudad de Sevilla, donde permanece hasta 1998, cuando decide regresar a Jaén para incorporarse a trabajar en el Hotel Infanta Cristina como directora, labor que sigue desempeñando a fecha de hoy.
—¿Le fue difícil encontrar trabajo?
—Lo cierto es que no. En el año 92, con motivo de la Exposición Universal de Sevilla, se crearon muchos puestos de trabajo en el sector del turismo y, si a esto se le añaden mis ganas de trabajar, no importaba en qué ni dónde, la verdad es que me fue relativamente fácil.
—-De no haberse dedicado al trabajo que hoy desempeña, ¿qué otra profesión hubiera elegido?
—Desde que cursaba mis estudios en el instituto, tenía muy claro que me quería dedicar al sector del Turismo y, más en concreto, a trabajar en hoteles. No sé si usted recordará una serie que emitían hace unos pocos años, que se llamaba “Hotel”. Pues bien, a mí me encantaba y siempre le decía a todos mis amigos que de mayor yo quería ser como los protagonistas de esa serie y mire por dónde. Aunque puedo decir que me dedico a trabajar en hoteles por vocación, no puedo negar que me llama mucho la atención el mundo de la Medicina, la Psicología y la Educación Infantil.
—¿Cuál es su responsabilidad principal como directora del Hotel Infanta Cristina?
—Las responsabilidades son muchas, pero si me pregunta por una en concreto, le diría el buen funcionamiento del hotel en su conjunto con todo lo que ello conlleva.
—-¿Cuenta con un buen equipo humano?
—Bueno no, buenísimo. Hemos de tener en cuenta que yo soy la cabeza visible, pero realmente el mérito del buen funcionamiento del hotel es del equipo humano que lo compone. Además, hoy en día las personas que viajan frecuentemente y pasan mucho tiempo fuera de casa valoran mucho el trato humano y la calidad del servicio. Estamos en la era de la tecnología y todo lo queremos hacer con ordenadores y operadores automáticos, pero particularmente pienso que no se debe perder la relación entre las personas, cara a cara, para poder atender las necesidades que en un momento dado todos tenemos de la mejor forma posible y eso es lo que, tanto la propiedad del hotel como yo, intentamos inculcar a nuestros trabajadores. Como decía al principio, tenemos la suerte de contar con personas que, día a día, se esfuerzan en realizar su trabajo lo mejor posible y, sobre todo, personas de una gran calidad humana.
—-¿Cómo definiría a sus clientes?
—La mayoría de nuestros clientes son de empresas que vienen a trabajar a Jaén y la provincia de lunes a jueves. Los fines de semana la mayoría de las personas que se alojan en nuestro hotel es porque acuden a alguna celebración o porque quieren conocer Jaén. Afortunadamente, tenemos la suerte de contar con clientes fieles que vienen al hotel desde su apertura en 1988.
—¿Qué celebraciones se organizan en la empresa que usted dirige?
—En nuestro hotel celebramos actos sociales de la más diversa índole: bodas, reuniones y comidas de empresa, cócteles, reuniones familiares, congresos y desfiles de moda, entre otros. Tenemos la gran suerte de contar con salones panelables que nos permiten adaptarlos a las distintas capacidades de cada uno de los actos que albergamos y así cada evento tiene su salón independiente.
—En estas fechas que estamos celebrando, ¿existen menús especiales o platos típicos de nuestra tierra para estos días?
—Sí que contamos con menús especiales para estas fechas. Lo cierto es que disponemos de una amplia variedad de platos en la que, por supuesto, tienen un lugar muy importante la cocina de nuestra tierra, con lo que nuestros clientes pueden “fabricarse” un menú a medida. Independientemente de los menús, nuestro Restaurante Az-Zait ofrece la posibilidad a nuestros clientes de comer a la carta si así lo desean.
—¿Cuáles son los más solicitados?
—La demanda de platos es igual de variada que la oferta y, por lo tanto, sería difícil destacar alguno en concreto. Pero ya que usted me pregunta, le diré que en los aperitivos no pueden faltar el jamón ibérico y el queso curado, así como el marisco, aunque este último en menor medida que años anteriores. Como primer plato, un hojaldre de puerros con gambas y langostinos sobre espejo de pimientos asados; de segundo, escalopines de pluma ibérica al Pedro Ximénez con su guarnición y, de postre, biscuit Az-Zait sobre coulis de chocolate caliente. Todo esto acompañado por nuestros vinos.
—Ya finalizado 2010, ¿nos puede hacer un balance de este año?
—Ha sido un año bastante complicado por la crisis que estamos viviendo. Por supuesto, también afecta, en mayor o menor medida, a nuestro sector y nos ha obligado a trabajar el doble para alcanzar nuestros objetivos. En cualquier caso, nos podemos considerar afortunados, ya que, como decía antes, tenemos clientes que siguen confiando en nuestro hotel. En este aspecto, no podemos olvidar que los propietarios, afrontan la crisis apostando por sus empresas y, sobre todo, por los trabajadores de las mismas, manteniendo sus puestos de trabajo e intentando que esta situación nos repercuta lo menos posible y eso, en los tiempos que estamos, es de agradecer y de admirar.
—Cuando tomó las uvas, ¿qué le pidió al año nuevo?
—En el aspecto personal, salud para mi marido Fernando, nuestra hija y todos mis familiares y amigos. En el aspecto profesional, poder seguir trabajando durante muchos años con el equipo humano que ahora tengo a mi lado, para continuar saludando año tras año a nuestros clientes y, por supuesto, seguir contando con la confianza de los propietarios del hotel. Todo ello será señal de que tenemos salud, que es lo más importante.
—¿Destacaría algún éxito profesional?
—Pienso que, en mi vida profesional, el éxito es llegar a donde estoy hoy: ser directora de un hotel y en mi tierra, al lado de los míos. ¿Qué más puedo pedir?
—Y en su vida personal, ¿cuál ha sido su mayor éxito?
—El mayor éxito de mi vida personal tuvo lugar el 23 de febrero de 2009, cuando después de cuatro años y medio de espera, mi marido y yo pudimos abrazar por primera vez a nuestra hija, Paula Jiaoli. Eso es lo mejor que nos ha pasado en la vida. Me va a permitir que aproveche la ocasión para agradecer a Fernando, mi marido, todo lo que me ha apoyado durante el tiempo que han durado los trámites de adopción y la ayuda que, por su parte, sigo recibiendo ahora, pues podemos decir que, en cierta medida, él es uno de los “culpables” de mi éxito profesional. Sin su ayuda, no podría estar donde estoy.