Roban 10.000 euros en un atraco

Los atracadores, dos hombres vestidos con chándal y que hablaban en perfecto castellano, aprovecharon que la empleada estaba sola en el interior del local para asaltarla. Puntual y fiel a su rutina diaria, la mujer había llegado a su puesto de trabajo alrededor de las ocho menos cuarto de la mañana. Levantó la persiana, se introdujo en el local y volvió a bajar la reja. Normalmente, suele estar acompañada por una compañera. Sin embargo, ayer, esta empleada tardó en llegar porque no encontraba aparcamiento. Fue ese lapso de tiempo el que aprovecharon los ladrones para dar el golpe y llevarse la caja del negocio de los últimos días.
La trabajadora acababa de encender las luces del supermercado y estaba preparando las existencias para abrirlo al público. En ese momento, escuchó cómo alguien levantaba la reja. Pensó que era su compañera. Sin embargo, cuando se volvió, la mujer vio a dos hombres. Ocultaban su rostro con una braga. Uno de ellos iba armado con un cuchillo jamonero. Le dijeron que estuviera tranquila y que les diera todo el dinero que tuviera. Ella, atemorizada por las amenazas, no se resistió en absoluto. Fue hasta la caja fuerte del negocio y les entregó unos 10.300 euros que metieron en un bolso, según consta en la denuncia que se presentó ayer mismo en la Comisaría.

Con el dinero en su poder, los ladrones trataron de reducir a la víctima. Le ataron las manos con un cargador de móvil y le pusieron una bolsa en la cabeza. Después, la instaron para que se sentara en una silla, que la iban a inmovilizar. Como no pudieron, la obligaron a tumbarse bocabajo. A continuación, se marcharon tranquilamente a pie.
Alguien los vio. Para entonces, la Policía ya sabía que algo raro estaba pasando en el interior del supermercado. Un testigo telefoneó a la Comisaría avisando de que había visto a dos hombres extraños acceder al interior del local. Esa misma persona también alertó a la compañera de trabajo que se había quedado aparcando su coche, según confirman las fuentes consultadas. Ambos se quedaron en la calle y vieron cómo los atracadores salían del establecimiento caminando, a paso ligero, por la calle Senda de los Huertos. Justo en ese momento, llegó la primera patrulla de la Policía. La presencia del coche “zeta” alertó a los ladrones, que emprendieron la huida a la carrera. Pese a los intentos por localizarlos, se perdieron en las callejuelas de La Alcantarilla.
Al supermercado de la calle Senda de los Huertos acudieron investigadores de la Policía Científica, que estuvieron buscando indicios y huellas para tratar de identificar a los atracadores. También se personaron los agentes del Grupo de Delincuencia Urbana (GDU), que revisaron las grabaciones efectuadas por las cámaras de seguridad del establecimiento en busca de alguna pista. Al cierre de esta edición, los ladrones no habían sido detenidos y las pesquisas continuaban abiertas.
Las primeras hipótesis apuntan a que el robo es obra de delincuentes comunes. No obstante, la forma en que se perpetró hace sospechar que los atracadores habían estudiado el objetivo, pues conocían los horarios a los que llegaban los trabajadores y que en el negocio se guardaba la recaudación durante el fin de semana. Todas las líneas de investigación continúan abiertas, tal y como confirma el portavoz oficial de la Comisaría, Diego Moya.