Reyes Magos anticipados

Las personas que vemos siempre, o casi siempre, la botella medio llena, también encontramos lo positivo al paso del tiempo. Tenemos más paciencia y dejamos atrás muchas cosas materiales que nos parecían imprescindibles. Por lo tanto, no quiero ningún regalo el 6 de enero; ya me lo trajeron anticipadamente.

    29 dic 2011 / 17:13 H.

     Tengo lo que deseaba, tranquilidad. Por favor, no más sorpresas extrañas. No podíamos vivir a salto de mata improvisando para dejarnos boquiabiertos. No había que provocar la envidia de Sarkozy y Berlusconi. Era mejor dar seriedad al funcionamiento de la Justicia y procurar que los secretos de los sumarios no andaran en los medios de comunicación que nos interesaran. Era mejor no adocenar a los alumnos y respetar los derechos de los padres (se acabó la educación para la ciudadanía). Era mejor dejar a los teólogos opinar sobre temas de su competencia y no caer en la ridiculez de decir sin idea de nada cuando empezamos a ser un ser humano. Era mejor, en definitiva, estar preparados para los cargos que tenían. No se puede ser ministro con el único curriculum de haber pertenecido desde los catorce años a un partido. Por eso tengo el mejor regalo de Reyes: un presidente inteligente, preparado y discreto y un equipo de Gobierno como Dios manda. Nos van a dar la seguridad que necesitamos para descansar de sobresaltos, aunque toque sacrificarse porque no queda otra. No puedo tener mejor regalo que ver el futuro con esperanza.
    Juana Garrido
    Maestra