Resurgir celeste en el Veracruz 2-1
El Villacarrillo Aceite Puerta de las Villas logró una importante victoria ante el Atlético Malagueño, uno de los candidatos al ascenso, al que superó por dos a uno gracias a los tantos de Álvaro y Elady en la segunda parte. En la primera, el filial dirigido por Salva Ballesta se hizo con el dominio del esférico y llevó la iniciativa, pero se mostró algo más espeso en el ataque. Poco a poco, los locales le quitaron ese dominio, comenzaron a tocar más el esférico y a elaborar jugadas, que se tradujeron en dos ocasiones claras de gol que no llegaron por muy poco. De nuevo respondieron los de Málaga, que retomaron el control de balón, pero los villacarrillenses, una jornada más, se mostraron muy seguros en defensa.
El Villacarrillo Aceite Puerta de las Villas logró una importante victoria ante el Atlético Malagueño, uno de los candidatos al ascenso, al que superó por dos a uno gracias a los tantos de Álvaro y Elady en la segunda parte. En la primera, el filial dirigido por Salva Ballesta se hizo con el dominio del esférico y llevó la iniciativa, pero se mostró algo más espeso en el ataque. Poco a poco, los locales le quitaron ese dominio, comenzaron a tocar más el esférico y a elaborar jugadas, que se tradujeron en dos ocasiones claras de gol que no llegaron por muy poco. De nuevo respondieron los de Málaga, que retomaron el control de balón, pero los villacarrillenses, una jornada más, se mostraron muy seguros en defensa.
Una vez más, la charlas de Alberto Lasarte en el descanso dio resultado y los jugadores salieron más enchufados. En el minuto 51, Fran remató abajo y pegado al palo. Cuando la grada cantaba el gol, el portero Sergio sacó una gran mano y envió a córner. El lanzamiento del saque de esquina lo cabeceó Álvaro para convertir el uno a cero. Y lo mejor estaba por llegar. Elady cogió el balón en la banda, dribló al defensor, se internó en el área y lanzó un disparo a la escuadra para hacer el dos a cero minuto 55. Sin embargo, Samu Castillejo acortó distancias después de recibir el balón entre la defensa y marcar el dos a uno. Tocaba sufrir, ya que los jugadores dirigidos por Salva Ballesta apretaron, pero los de Villacarrillo se pusieron el mono de trabajo y consiguieron mantener su renta.