Resquicio para la injusticia

Otro varapalo, en este caso judicial, para los afectados por la talidomida. El Tribunal Supremo confirma que no serán indemnizados, al rechazar el recursos interpuesto por la Asociación de Víctimas en España. La Audiencia Provincial de Madrid ya absolvió en 2014 a la farmacéutica alemana Grünenthal y anuló que las compensaciones económicas a las que le había condenado un juzgado de primera instancia. De esta forma, la sala confirma la interpretación que en su día hizo la Audiencia Provincial al considerar que las reclamaciones de los afectados estaban prescritas. Sin embargo, este criterio choca con la propia posición de la Fiscalía en el que se detallaba que, al margen de los daños permanentes, los afectados están expuestos a nuevos daños aún por diagnosticar. La única vía que deja abierta el Supremo es la posibilidad de presentar reclamaciones civiles por nuevos síntomas o porque se agraven los actuales. En cualquier caso un auténtico jarro de agua fría para un colectivo de enfermos y familiares que llevan una condena encima sin que, hasta el momento, en España hayan sido indemnizados. Algo que no ocurre en el resto de países europeos donde la farmacéutica tuvo que abrir la caja para indemnizar a los afectados. Los resquicios legales que permiten esta manifiesta injusticia hacen al sistema menos justo. En Jaén, 7 afectados con sus familias seguirán luchando por una indemnización que solo les dé cierta cobertura económica y que no remediará ni de lejos el daño causado. Ahora la batalla se centrará en el Tribunal Constitucional y, posteriormente, en el de Derechos Humanos de Europa, quizá aquí se ponga sensatez a este drama español.  

    24 sep 2015 / 10:10 H.