Tradición que eleva a arte la catequesis navideña

PEPI GALERA
Video.- La tradición se remonta al siglo XIV. Y, gracias a unos pocos grandes apasionados, no se ha perdido. El belenismo trata de representar los pasajes bíblicos en torno al Nacimiento de Jesús, a través de figuras en miniatura, situadas en sus escenarios, con el mayor realismo posible. Cientos de jiennenses son verdaderos especialistas, por su gran afición, de esta modalidad. Y, en estos días, se afanan por terminar sus creaciones. Miles de horas y de euros están detrás de muchas de ellas, verdaderas obras de arte de la catequesis navideña.

    09 dic 2011 / 17:47 H.

    las reglas “sí” escritas del belenismo.  Aunque parezca casual el orden de las escenas o figuras en una de estas grandes creaciones, no se deja nada al azar. Por ejemplo, una de estas reglas “sí” escritas, como cuenta José Antonio Carmona, es la de colocar el misterio en el centro del Belén. Y es que, por algo, es el protagonista. Hay que recordar en este sentido el valor catequético de los belenes. Al igual que la Semana Santa sacaba a la calle una “historia” para enseñarla a los no ilustrados, los belenes acercan a todos los públicos otros pasajes de la Biblia. “En mi proyecto para este año, intentaré reflejar tres escenarios de forma cronológica. Primero Nazaret; después, Belén y, por último, Egipto”, cuenta Carmona. “La primera escena será protagonizada por el pregón del edicto de empadronamiento, con tres figuras de romanos en caballo, que son de Joaquín Pérez, dentro de una plazoleta con soportales debajo de los que instalaré mercaderes”, cuenta. Después, añadirá la Anunciación a la Virgen, la presentación en el templo y el sueño de San José. Así, hasta llegar a Egipto y la escena del Niño perdido y hallado en el templo, pasando, eso sí, por el Misterio, como protagonista de todo el montaje, la Anunciación a los pastores y a los Reyes Magos. A pesar de que la “historia” es la misma, cada año estos aficionados se estrujan el cerebro para reinventar sus belenes. “Llevo unos 20 años haciéndolo, desde que mi abuelo me regaló uno. Y la idea es nunca repetir uno”, cuenta José Antonio. “Desde que nació mi primer hijo, hace 47 años, siempre he hecho un belén y nunca ha sido igual. Hace 22 años hice el primero a gran escala —cada una de las 12 capas de pintura que llevaba el papel del fondo, tardaba ocho horas en pintarlas—, estilo que repetí el año pasado, con el que gané el segundo premio de Diario JAEN. Otros años, los he hecho, por ejemplo, en canastas de aceituna y, en cada una de ellas, colocaba una escena. En otra ocasión, sobre un cuadro, monté una estrella y, dentro de ella, coloqué el misterio. Encima, los Reyes”, cuenta Antonio Vidal, otro gran belenista de Jaén, al que no le falta imaginación. Y, además, de esta, solo falta constancia, pero, sobre todo, mucha pasión. “Cuando te gusta algo, no te importa dedicarle las horas que haga falta”, dice José Rafael Castilla.


    Otra de estas reglas es la elección de las escalas para crear sensación de profundidad: siempre las más grandes (20 o 16 centímetros) se instalan al principio, conforme se aleje del ojo del observador se irán eligiendo las más pequeñas, hasta las de 10 y 8 centímetros. Todo para que se vea más pequeño, lo más lejano. Cuestión de lógica. Asimismo, crear las diferentes escenas en distintos niveles es otro de los mandamientos de un buen belén. Si todas se cumplen, y se les suman un poco de paciencia, otro tanto de tiempo y dinero, y un mucho de imaginación y maña, se conseguirá un bello y espectacular portal de Belén.
    una feria que echan de menos los aficionados. En Jaén, no existe establecimiento alguno especializado en belenismo, según los aficionados. Solo algunos establecimientos, como papelerías o tiendas de manualidades, tienen algunas figuras o materiales que recurrentemente se utilizan para estos montajes. Por esta razón, muchos de ellos tienen que salir de Jaén para conseguir nuevas incorporaciones para sus belenes. “Normalmente, compro las piezas en un establecimiento especializado de la Alcaicería de Granada o uno de Sevilla, que se llama El Dado. Con su dueño tengo ya más una relación de amistad que de cliente y dependiente”, cuenta José Rafael Castilla. Algunos, incluso, las piden directamente a fábrica. Hasta el año pasado, tenían la posibilidad, durante el mes de diciembre, de tener, aunque fuera por unas semanas, más cerca un amplio mercado de belenismo. Se trata de la feria que, en años anteriores, se celebraba en la Plaza de la Constitución. En ella, podían adquirir sus figuras de firmas especializadas. Era, sin duda, una gran oportunidad para los amantes del belenismo y una gozada para el público en general. Otra de las “añoranzas” de los aficionados al belenismo es estar unidos en algún tipo de asociación como las que existen en otras provincias o ciudades. Una de ellas podría ayudarles a intercambiar información, facilitarles la edición de publicaciones divulgativas y la organización de más actividades como concursos o exhibiciones. 
    De aquí a la Candelaria podrán lucir estos belenes para el disfrute de familiares y amigos. Y es que es esta fecha la que marca la tradición para quitar las piezas. “Las de corcho, normalmente, se desechan porque, para otro año, ya no se utilizarán iguales. Se guardan solo edificios más elaborados y las piezas, después de limpiarlas”, dice Carmona.