Regresan
El terrorismo, de baja intensidad retorna, vuelve a ser protagonista en el País Vasco. Al menos media docena de atentados ha sufrido Vitoria, han padecido los vitorianos. Varios cajeros automáticos y la sede de Ensanche 21 han sido víctimas de la barbarie terrorista. Los cachorros de ETA han actuado como saben intentando generar miedo entre la ciudadanía.
Los partidos políticos han dado por finalizado la actividad terrorista de ETA, pero la realidad les deja con las vergüenzas al aire. El terrorismo no ha llevado a cabo un acto terrorista máximo. No han atentado contra las personas, pero continúan con su proyecto separatista violento. El estado de derecho da la impresión que ha bajado la guardia ya que los atentados como lo que ha sucedido en Vitoria se podían haber evitado. La presión hacia los terroristas, la ciudadanía, percibe que existe una relajación. Se cree que los responsables políticos han caído en la trampa de los terroristas. ETA ha diseñado una falsa tregua indefinida para continuar con su proyecto terrorista de secesión.
La rendición de ETA no se ha dado y, por lo tanto, está viva, continua su labor violenta para obtener sus metas. El que en varios años no haya habido atentados mortales no significa que su actividad haya cesado. Si miramos hacia las instituciones tenemos la respuesta. Las formaciones políticas tienen una actitud blanda con la banda terrorista. ETA no ha pedido perdón por sus crímenes. Es una prueba irrefutable de que la banda no está en disposición de entregar su armamento, sigue viva, que continúa trabajando para generar terror en ese País Vasco que dice defender los derechos de los vascos.
ETA sigue activa. Sé que esta afirmación no es muy popular, pero la realidad se impone a los deseos. La realidad desmiente a la clase política que estaba pasando página del terrorismo etarra. ETA sigue donde estaba. Continúa trabajando en la fábrica habitual. Una fábrica que se llama terror. El que niegue que ETA no sigue viva o es” ciego” o se encuentra de vacaciones en el Caribe.
Fernando Cuesta Garrido
Los partidos políticos han dado por finalizado la actividad terrorista de ETA, pero la realidad les deja con las vergüenzas al aire. El terrorismo no ha llevado a cabo un acto terrorista máximo. No han atentado contra las personas, pero continúan con su proyecto separatista violento. El estado de derecho da la impresión que ha bajado la guardia ya que los atentados como lo que ha sucedido en Vitoria se podían haber evitado. La presión hacia los terroristas, la ciudadanía, percibe que existe una relajación. Se cree que los responsables políticos han caído en la trampa de los terroristas. ETA ha diseñado una falsa tregua indefinida para continuar con su proyecto terrorista de secesión.
La rendición de ETA no se ha dado y, por lo tanto, está viva, continua su labor violenta para obtener sus metas. El que en varios años no haya habido atentados mortales no significa que su actividad haya cesado. Si miramos hacia las instituciones tenemos la respuesta. Las formaciones políticas tienen una actitud blanda con la banda terrorista. ETA no ha pedido perdón por sus crímenes. Es una prueba irrefutable de que la banda no está en disposición de entregar su armamento, sigue viva, que continúa trabajando para generar terror en ese País Vasco que dice defender los derechos de los vascos.
ETA sigue activa. Sé que esta afirmación no es muy popular, pero la realidad se impone a los deseos. La realidad desmiente a la clase política que estaba pasando página del terrorismo etarra. ETA sigue donde estaba. Continúa trabajando en la fábrica habitual. Una fábrica que se llama terror. El que niegue que ETA no sigue viva o es” ciego” o se encuentra de vacaciones en el Caribe.
Fernando Cuesta Garrido