Regresa la victoria con un fútbol distante y áspero 1-0

José Eugenio Lara  /Jaén
El Real Jaén volvió a ganar en La Victoria después de dos meses y medio, pero no dejó contento a casi nadie. Su juego, pobre y deprimente, terminó por ofuscar a una afición que resistió como pudo el “tostón” que presenció. Solabarrieta salvó los muebles con un gol en el primer tiempo. Que el tercer clasificado de la Liga reciba pitos y silbidos de sus aficionados o que cada vez bajen menos seguidores al estadio —se ha pasado de los siete mil a los poco menos de tres mil de ayer— son síntomas más que reveladores de que el equipo de Carlos Terrazas no conecta con el graderío.

    09 feb 2009 / 15:27 H.

    Su fútbol ha creado tanta distancia con la grada que, a este paso, será mejor acompañar al equipo en algún desplazamiento que asistir al estadio para evitar más de un disgusto. Son factores de peso para ponerles comillas y subrayarlos con el fin de que el experimentado técnico encuentre soluciones en su amplio y extenso manual. Pero Terrazas tiene sus ideas tan fijas que parece improbable que pueda modificar sus planteamientos. Ni aunque el rival sea el Granada 74, un equipo aseado, casi en construcción y con una pegada inexistente. Nunca se vio con la confianza de poder sorprender a Dani Hernández. Lo intentó a la media distancia y en jugadas sueltas sin elaboración. Pero no tiene gol este joven y entusiasta equipo. Aun así encogió el corazón de más de un hincha jiennense. En la segunda parte tuvo la virtud de empequeñecer al rival y de intercambiar los papeles. Costó trabajo, incluso, abrir los ojos y ver lo que sucedía en el terreno de juego.  Si el Real Jaén hubiera tenido ayer a otro oponente, probablemente, el triunfo se le hubiera resistido, como le ha sucedido en los últimos meses. Es un  recurso inconsistente y áspero refugiarse en la victoria y soslayar otros elementos que dan fuste y pedigrí a un conjunto. Y seguridad a los seguidores.
    Jugar miércoles y domingo tiene doble perfil y numerosas aristas. Al Real Jaén se le vio sin frescura, anquilosado, con un abuso constante del voleón y a correr, y tan plano como siempre. Ni una jugada combinada. Ni un ataque elaborado. Ni tres pases seguidos. Sólo el orden mantiene rígida la estructura del equipo. Pero parece poco acertado convertir La Victoria en un campo ajeno y jugar en él como si el visitante fuera el Real Jaén. Cuestión de gustos y de resultados. Pero no todo, entre comillas, lo justifica un triunfo. Lo peor de las sensaciones físicas que transmite el grupo de Terrazas no es su estado actual. Queda por ver la respuesta en el momento decisivo. El equipo está exprimido al máximo. Ascender y ganar la Copa Federación no parecen segmentos compatibles. Al tiempo.
    En ese bosque de imprecisiones que fue el partido y en ese tráfico denso que hubo por el campo surgió la luz en un remate de Solabarrieta que acabó en las redes de Camacho. Nació el gol a balón parado. No podía ser de otra manera. Geni fue generoso y Solabarrieta, demoledor. Dos tantos y seis puntos. Los pitos se volvieron aplausos cuando el “siete” se marchó. Su acierto valió la victoria y tres puntos, esta vez, sin comillas.