Regeneración democrática

Acelerados por el miedo a lo que se está moviendo a nivel de calle, por los resultados de Podemos, por la articulación de alternativas locales;

    09 sep 2014 / 09:43 H.

    en el PP han saltado las alarmas y hablan de regeneración democrática. No se les ha ocurrido otra, que la medida estrella de cambiar las reglas del juego electoral. Cual tahúres, pretenden amañar las cartas de la baraja antes de la partida. Andan pensando en una aberración democrática deleznable. Dar la mayoría absoluta de las alcaldías al más votado. En el PP confunden regenerar con introducir medidas normativas para apoltronarse. Han llegado a decir que los pactos son algo diabólico. Pues para poner las cosas en su sitio, baste con reseñar que en la totalidad de Ayuntamientos donde el fraude y la corrupción han campado a sus anchas, habían mayorías absolutas, no ha pasado lo mismo donde hay estabilidad con pactos. Si de verdad quieren, y para querer hay que creer, regenerar, que se planten en el Parlamento con una reforma de calado. Sí a las listas abiertas. Sí a la eliminación total del aforamiento. Sí a la expulsión de los tránsfugas de cualquier cargo público. Si al cese de todos los imputados por corrupción. Sí a la eliminación del Senado y diputaciones provinciales. Sí a la regulación por Ley de eliminar duplicidades de puestos para cualquier electo. ¡Si de verdad creen en la democracia hay que ser demócratas señores!  Con Podemos y todos los movimientos que están articulándose, no viene el lobo, ni la destrucción masiva, ni siquiera una revolución cruenta de rojos y anarquistas, por mucho pánico que quieran infundir a la población desde el PP y sus medios acólitos. Puede que todo sea una mera maniobra para activar a su electorado, aún así, flaco favor se está haciendo a la Democracia cuando se piensa, se pretende, porque se cree en ello, que regenerar es ir en contra de la ciudadanía. Y que conste que el PSOE no ha dado su apoyo a tan maquiavélica idea porque su posición actual es de franca debilidad. Hay temor al hundimiento del bipartidismo. La democracia merece un poco más de dignidad y respeto.