Refugiados.- Una luz de esperanza llega al campamento de Auserd

CARMEN LÓPEZ / Jaén
Una situación precaria del sistema sanitario, pocos recursos, niños con discapacidad a consecuencia de complicaciones en el parto y, sobre todo, una escasa formación de médicos especialistas y enfermeros es lo que reina en los campamentos de refugiados saharauis en el Desierto de Tindouf. La esperanza por mejorar esta situación le llevó a la Universidad de Jaén y en concreto, a María José Calero, vicedecana y profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Jaén, y María Luisa Grande Gascón, docente en el departamento de Enfermería de la UJA, a embarcarse en la aventura de pasar quince días para realizar un intenso trabajo de campo que le permitiesen conocer a fondo las necesidades educativas y sanitarias de la zona.

    16 may 2013 / 16:25 H.

    Concretamente, las docentes se desplazaron al campamento de la wilaya (distrito) de Auserd, situado al suroeste de Argelia, dentro de un proyecto de colaboración que lleva la Universidad de Jaén para fortalecer, a través de un convenio, la enseñanza universitaria de enfermería en la escuela de enfermeras Ahmed Abdel-Fatal en Smara, la única universidad nacional que existe. “El objetivo principal del proyecto es mejorar la salud de la población de los Campamentos de Refugiados, especialmente de los grupos más vulnerables, a través del refuerzo de  las capacidades de las Enfermeras formadas y de la participación comunitaria”, explica María José Calero.
    Así, durante quince días, María José Calero y María Luisa Grande Gascón, comprobaron “in situ” la vida de las familias que viven en los campamentos. Las condiciones de vida son duras. La mayoría de la población vive en tiendas, sin agua corriente, y depende casi totalmente de la ayuda internacional externa para subsistir, que ha ido decreciendo con los años. Únicamente gracias a la sólida estructura organizada y a los grandes sentimientos de solidaridad, característicos de este pueblo, fueron capaces de construir una sociedad organizada en este desierto, idea que remarca las cooperantes de la Universidad de Jaén: “Es increíble que,  a pesar de la situación en la que viven, hemos podido comprobar la estructura de los campamentos, que se encuentran totalmente organizados”, afirma María José Calero. “En los campamentos viven en torno a 150.000 personas, según fuentes oficiales, sin embargo, de forma extraoficial parece que la cifra alcanza las 300.000, y no tienen recursos, estas familias viven  de la cooperación internacional, por eso es tan importante nuestra ayuda”, afirma María José Calero.
    Después de analizar cada uno de los hospitales regionales de la zona, los colegios o los comedores, el grupo de trabajo comprobó los grandes problemas sanitarios y educativos que presentan los refugiados. Desde el punto de vista sanitario, las cooperantes resaltan la escasez de materiales en los hospitales, como pudieron ver en una de las visitas de María José Calero y María Luisa Grande al dispensario, centro de atención primaria, de Techila: “Respecto a necesidades materiales, lo que mas carecen es de medicamentos, principalmente analgésicos, antiinflamatorios, antidiarreicos; y de material: set de curas, termómetros y glucómetros. Todo el material, la financiación y los sueldos dependen de la cooperación internacional”, afirman las integrantes del grupo.
    Durante su estancia, las jiennenses también encontraron la escasa formación del personal sanitario, como es el caso de las matronas que atienden los partos. “Además, como consecuencia de la poca formación sanitaria en las matronas, algunos niños nacen con problemas de discapacidad, por eso una de nuestras líneas de actuación es la formación de las mujeres que por tradición familiar, atienden los partos en la zona”, expresa la cooperante. “Y es que en materia sanitaria existe una heterogeneidad de los profesionales en cuanto a niveles de formación y actualización de los conocimientos, que provoca que las prácticas sean muy dispares y, en ocasiones, mejorables. A veces, estos profesionales carecen por completo de formación reglada y aprenden con la ayuda de otros compañeros o simplemente por observación, lo que lleva a que algunas prácticas no recomendables se perpetúen”, aclara la jiennense.
    “Necesitan que sigan yendo comisiones médicas, materiales para abastecer los hospitales, y sobre todo, lo que necesitan es una formación continuada del personal que está trabajando. Paralelamente, lo que reclaman a nivel educativo es que ayudemos a los docentes de su Universidad a preparar material educativo,  ya que la institución es de reciente creación y los profesores son profesionales que nunca han dado clase“, afirma María José Calero.
    Por otro lado, el grupo resalta las dificultades para dar clase dentro de las aulas, donde no tienen ni libros, a penas hay pupitres y libretas para escribir. “En una de nuestras visitas a un colegio de la zona pudimos comprobar que un pupitre de dos sillas para dos niños estaban sentados cinco o en alfombras. A pesar de ello, absolutamente todos lo niños están escolarizados, pasan todo el año en la escuela. Cuando se acaban las libretas, empiezan en las pizarras o con transmisión oral, pero no dejan ni un momento de estar escolarizados”, remarca Calero.
    Después de la intensa labor realizada por la Universidad de Jaén por detectar cuales son sus  principales carencias, lo más importante que se presenta es el futuro. Así, hoy jueves 16 de mayo, el rector de la Universidad de Tifariti firmará el convenio junto la Universidad de Jaén en el que se ampliará la labor de cooperación con esta universidad, con el objetivo de mejorar la formación y cualificación profesional de la Universidad de Tifariti, del personal que está trabajando, así como la mejora y fortalecimiento de la docencia del personal que ya está en formación. “Evidentemente, si los que están trabajando, como los que están formados poseen unos mejores conocimientos, va a redundar en una mejora del nivel de salud general de la sociedad”, señala María José Calero.
    FEJIDIF. El proyecto de colaboración de la Universidad de Jaén surgió de las necesidades formativas que la Federación Provincial de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Jaén, Fejidif, encontró dentro del proyecto “Formando- Capacitan-dos” puesto en marcha por la federación y  en el que participan la Diputación Provincial de Jaén y la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad del campamento de refugiados de Auserd (Argelia). Fue, en esta primera parte del programa, cuando se detectó la necesidad de contar con la participación de la Facultad de Ciencias de la Salud con el objetivo de  mejorar la formación de los enfermeros y docentes para fortalecer la calidad educativa y sanitaria y consecuentemente, se disminuyera los problemas de discapacidad. Así, del 9 al 23 de marzo, el grupo de la Facultad de Ciencias de la Salud, formado por María José Calero y María Luisa Grande Gascón, junto con una fisioterapeuta, un matrón y el presidente de la Asociación de Amigos del Sahara Libre se desplazaron hasta los campamentos de refugiados saharauis para conseguir una mejor calidad de vida educativa y sanitaria de todos los miles de habitantes que la componen, que ven, día tras día, en la cooperación y la ayuda internacional la única vía para poder subsistir.