Reflexiones de Maruja Torres
“El escribir es como el rascar, todo es empezar”, decía Maruja Torres en la presentación de su libro “Esperadme en el cielo”, una íntima y sugerente recreación de la amistad y los escenarios comunes que compartió con los fallecidos Manuel Vázquez Montalbán y Terenci Moix.
Una vez disfrutada su charla, incluyo, con tardanza, algunas frases destacadas relacionadas con el periodismo escrito de una joven redactora de 66 años, que todavía piensa en “sentar la cabeza” y que desde su hipotecado pisito de Beirut picotea, menos de lo que quisiera, en su profesión.
Maruja y el periodismo: “El reporterismo necesita, para ser bueno, tiempo y dinero. Es caro y no me extrañaría que desapareciera”. “Es una pena que gente como Ramón Lobo esté aquí y que el lector pierda todo lo que sabe de África. Él debería estar ahora en Darfur (Sudán)… Me llamó hace un tiempo para confesarme que había tenido que abrir un blog para seguir escribiendo”. “Ahora a las zonas de conflicto llega gente que sabe mucho de enchufar cosas” “Estamos en la locura del Twitter. Escribe en menos de 136 caracteres lo que está pasando. Importaría que eso lo hiciese quien sepa escribir, porque si no dejaremos por el camino, para empezar, el idioma, el estilo y, sobre todo, el punto de vista”. “Estamos desaprovechados toda una generación. Llegaron los economistas, después los supereconomistas, los del master y, a continuación, los borregos. Por talento que tengas, te lo matan, te amustias… salvo que te busques la vida”. “Siempre habrá una amplia minoría de lectores que buscarán en los digitales buenos reportajes y textos cuidados”. |
La imagen de la derecha, corresponde a una de las atracciones de la feria de Sevilla. Por un módico precio, "zapateabas" la cara de Bush, sin condena posterior y, con suerte, te llevabas la "chochona" de moda. La historia, con minúscula, también se encarga de poner a cada uno en su sitio.
Incluyo, a modo de homenaje, la canción de Antonio Vega "Mi hogar en cualquier sitio", pertenece a su trabajo "Anatomía de una ola", de 1998. Después de firmar canciones históricas del pop español con Nacha Pop, en ese disco escribe letras aun más íntimas, frágiles y sugerentes. Lástima que ese cuerpo atormentado no diera más de sí.
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