Recuerdo reivindicativo para las víctimas de la tragedia de Barajas
Las familias de los fallecidos en el accidente del MD82 cobran protagonismo, a su pesar, con los actos en recuerdo a la memoria de las 154 víctimas mortales de la tragedia. Pero junto a la emoción, difícilmente contenida, hay un espacio para la crítica ponderada sobre los hechos que desencadenaron tan fatal accidente.
Los portavoces de la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 volvieron a demostrar ayer, en rueda de prensa, una gran entereza para denunciar, una vez más, que el “avión nunca debería haber volado”. Con los argumentos de prueba que ya conocían, refrendados y aumentados por el adelanto del informe de la comisión que investiga el accidente, denunciaron una grave cadena de errores que, en teoría, no debería volver a producirse. Junto al amargo detalle de todas las incompetencias también hay espacio para serenas recomendaciones como las realizadas a las compañías para que no presionen a sus pilotos y al personal de tierra en los momentos decisivos para la revisión de las aeronaves. Pero, quizá, la más grave de las acusaciones del colectivo, al margen de las que originaron la catástrofe, son las que hacen referencia a la descoordinación de los servicios de emergencias. Los cuarenta minutos que tardaron en llegar a la zona, según su propio relato, deben hacer recapacitar a Fomento, si no lo ha hecho, ya que el accidente se produjo en el mismo aeropuerto de Barajas. Los testimonios de los supervivientes en este sentido son elocuentes al coincidir en que algunos de los pasajeros, que cayeron en el arroyo, habrían sobrevivido con una atención más rápida. Cabe esperar, por lo tanto, que el paquete de medidas sobre seguridad aérea que el ministro presentará en septiembre también incluya la mejora en el protocolo de los servicios de emergencias de uno de los aeropuertos con más volumen de pasajeros del mundo. El recuerdo de las víctimas y la lucha de sus familias deben servir de acicate para que estos hechos no se repitan.