Recortes en educación: ¡Vienen años de cuidado!
Si bien desagrada que alguien haga ruido y altere la obviedad de lo que está ocurriendo, me propongo escribir, a quien la quiera leer, la siguiente carta de una despedida. Estoy titubeando sobre cómo empezar estas líneas porque pensé que seguiría en la Universidad el próximo curso, pero bien es cierto que callar no va a conducir a remediar los abusos que, a mi parecer, se están cometiendo en la UJA, y por eso los denuncio. El discurso de los responsables de esta Universidad, discurso de pretendida “racionalización” y “sostenibilidad” del sistema universitario jiennense, es un hachazo al mismo que causa una mezcla de sensaciones que van desde el estupor inicial a un profundo desencanto, pasando por una ira contenida.
Después de treinta y cuatro cursos académicos, primero en la Universidad de Granada y después en la de Jaén, ha llegado el momento del adiós. Me marcho con la desazón de no poder jubilarme por edad del primer trabajo que tuve y que empecé a desarrollar a comienzos del curso 1978/1979, de no poder cerrar mi paso por la Universidad de la forma que profesionalmente hubiera deseado, ya que ni me echan de mi puesto de trabajo ni me voy por mi voluntad, pero con la sensación del deber cumplido con sacrificio personal y honestidad. El despido, hoy, se ha vuelto más insidioso, pero no por ello menos evidente y violento. Le llaman, en mi caso, “suspensión temporal de contrato”, eso quiere decir con las perspectivas económicas que tenemos “no renovación de contrato” o, lo que es lo mismo, “extinción de contrato”. Pertenezco a un número nada despreciable de profesores bien formados, de edad madura, que ha resultado ser sumamente provechoso para el sistema universitario actual, el de los profesores asociados, con un marco laboral demasiado estrecho y flexible: “ahora te cojo sin compromiso, ahora te suelto sin miramientos”, “¡contratemos asociados que salen más baratos, dan prácticamente lo mismo, y les podemos echar cuando nos dé la gana!”. Desgraciadamente, en este país ha nacido una nueva categoría de derechos, la de los “derechos efímeros”. Mi paso por la Universidad se acaba porque gracias a un comportamiento entre despreciativo y acobardado de los responsables de la UJA, amparándose en la crisis y en la recesión para justificar su ausencia de competencia, han matado al sentimiento de toda una Universidad en una decisión sin precedentes e injusta a todas luces: la no renovación de contrato a 54 profesores asociados y a 56 profesores sustitutos interinos, según ellos, contribuyendo a un desmantelamiento meticuloso de la educación universitaria pública. Donde todo gobierno se autorretrata es en los criterios que priorizan recortes y gastos, y pretender recortar en educación es siempre un error, motivo por el que otros países lo evitan. De hecho, lo que se ahorra en educación acaba gastándose a medio plazo en otros departamentos. Respecto a la educación universitaria, y concretamente en la UJA, dar a entender que su profesorado no tiene valoración positiva en investigación y por ello —haciendo suyo, interpretando y aplicando de manera unilateral el real decreto-ley 14/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo— despiden a 110 docentes contratados, es sencillamente una maldad. Una de las más perversas sutilezas del poder, en este caso universitario, radica siempre en el uso de la omisión: “el mayor peso específico del trabajo de un profesor universitario fundamentalmente radica en la investigación”. Lo que acabo de decir es absolutamente falso y,como bien sabemos, el mayor enemigo de la verdad es decirla mal. Se desprecia la educación desde la necedad y la ignorancia y se desacredita, denigra y despide a quienes se dedican a enseñar. Los recortes en educación, que ya han empezado, van a resultar muy perjudiciales. El argumento que defiende que deteriorar la enseñanza pública en general, y en particular la universitaria, es una buena fórmula para salir de la crisis y prosperar, pertenece a la nueva lógica de los tiempos. Sabed todos, alumnos, compañeros y sociedad jiennense, que ¡vienen años de cuidado! porque nos estamos acercando al precipicio, pero ya sin red.
Juan J. Peinado Muñoz (Ex profesor asociado del Departamento de Psicología, Área de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Jaén) desde Jaén.