Recogida de tapones para mejorar la vista a una joven
Luz para la esperanza. Una joven de Los Villares, Alba María Cañadas, es la protagonista de un iniciativa que pretende reunir cien mil euros para costear una operación que le permitiría superar la retinosis pigmentaria que la acompaña desde que nació. La familia ya se ha puesto manos a la obra a través de una campaña para conseguir tapones, que se venderán para obtener fondos. La acogida ha sido tal que, en apenas una semana, se ha logrado una cantidad abultada.

La intención de Cañadas es que la intervención quirúrgica se realice en una conocida clínica de Barcelona, que también se encuentra establecida en Estados Unidos. “Tengo mucha esperanza y sé que Dios me ayudará”, manifiesta la villariega, de veintiún años, que se considera una persona muy creyente. Por ello, anima a sus convecinos y a residentes en otros lugares a que colaboren con la iniciativa y aporten tapones. Sus planes pasan por someterse al examen de un especialista en la Ciudad Condal, que certifique que la operación es viable. Si recibe ese espaldarazo se intensificarán las gestiones para conseguir los fondos, con la intención de pasar por el quirófano lo antes posible. “Quiero estudiar Jardín de infancia, porque siempre me han gustado los niños”, recalca Alba María Cañadas.
Bernardina Mena, la madre de los jóvenes, es uno de los puntales en los que se apoya. La mujer se muestra esperanzada con el resultado y agradece la implicación de los habitantes de Los Villares. “No hay familia que no haya traído tapones”, recalca. En este sentido subraya que el supermercado que atiende su hijo ha recibido también este tipo de apoyo y que hay empresas de mensajería que se han prestado para hacerles llegar, de manera,gratuita, el material plástico. Uno de los problemas es que, para reunir una tonelada, hacen falta numerosos tapones. El producto es almacenado ahora en varias estancias de la casa familiar, en la calle La Guardia.
La progenitora destaca que la enfermedad ha condicionado la vida de su descendiente. “En el colegio no veía bien, y eso le influía. A veces se burlaban de ella. El lunes era una enfermedad ir a clase. Ha pasado mucho”, puntualiza la madre. Actualmente, la joven sale poco de casa y tiene como grandes apoyos a sus padres y su hermanos, así como a su novio, el jiennense Manuel Talavera, con el que lleva alrededor de tres años de sólida relación. Alba María Cañadas tiene el consuelo, al menos, de que la retinosis pigmentaria que sufre está relativamente estable.
Si llega la confirmación definitiva sobre la viabilidad de la operación se estudiarán otras posibilidades para reunir dinero, como la apertura de una cuenta para recibir ingresos o la opción, ya planteada, de un certamen solidario de bandas en Castillo de Locubín.
La dolencia que sufre la joven villariega se caracteriza por su origen hereditario y su índole degenerativa. El paciente experimenta una disminución paulatina en la agudeza visual, primero por la noche y el campo periférico. Su incidencia es relativamente escasa y en casos muy grave lleva a derivar en la ceguera.