Real Jaén. La ola vuelve a La Victoria 2-0

José Eugenio Lara /Jaén
El Real Jaén ofreció ayer a sus seguidores un hermoso espectáculo en la segunda parte, probablemente el mejor de la temporada. Los goles de Arriaga y Geni y el buen juego de contraataque llevaron el delirio al graderío, que vibró con el equipo. El éxtasis de fútbol fue tal que la ola regresó a La Victoria.
El Real Jaén ha redondeado una semana espectacular y la ha coronado de la mejor manera posible, con goles y con un fútbol vertical y lleno de estética. Era la guinda merecida a una trayectoria inmaculada en la segunda vuelta. La sexta victoria seguida llegó con un juego extraordinario en el segundo tiempo y con una progresión fantástica.

    23 feb 2009 / 11:49 H.

    El cuadro jiennense dividió el partido en dos fases. En la primera le metió músculo y fuerza, y en la segunda, belleza y talento. Cuando el partido estuvo controlado, el fútbol fue demasiado táctico, denso en el medio campo y respetuoso. Cuando el marcador se desniveló, el Real Jaén le dio velocidad a la pelota, la puso cerca de la portería rival y se dejó llevar por el contraataque, la faceta que mejor domina, junto con la defensa. Llegaron los instantes más bellos de la Liga. Pocos toques, con sentido y profundidad, rapidez en la elaboración, desmarques precisos y un punto de mira claro: la meta de Raúl. El fútbol jiennense desarboló a un Conquense que no supó cómo frenar el vendaval de juego que se le vino encima. Sólo vivió con placidez cuando mantuvo su arco a cero. En el momento en el que Arriaga marcó, su papel cambió y, en el cuerpo a cuerpo, clavó la rodilla y acabó en brazos del rival. No tuvo otra salida.
    Le costó al Real Jaén agarrar el encuentro. Y fue hasta lógico porque la primera parte tuvo excesivas interrupciones y no hubo continuidad en el juego. El Conquense puso orden y una notable organización táctica para cerrar las bandas y coser el centro de la defensa con la ayuda de un pivote. No hubo espacios y, por lo tanto, escasearon las ocasiones de gol, aunque las que nacieron fueron peligrosas. Dani Guerrero tuvo el gol en su cabeza en un remate que, inexplicablemente, se marchó fuera. Javi Gómez también pudo anotar para los visitantes. Lo evitó un seguro Dani Hernández, impecable toda la tarde.
    Durante muchos minutos, el cuadro de Antonio Cazalilla jugó con fuego, como suele suceder con los equipos que practican la defensa en zona y achican los espacios. El mínimo error o el primer acierto rival se paga con el gol. Y así sucedió. Apareció Arriaga por la medular, hizo una maniobra espléndida y sirvió un pase excepcional a Calderón. La defensa quedó superada, el malagueño se internó, no logró centrar a la primera, pero lo hizo a la segunda. Arriaga recogió la asistencia y la agradeció con el balón en la red. Una bella combinación. El tanto cambió la dimensión del partido. El Conquense perdió el orden, se lanzó al ataque y dejó su sistema defensivo sin las protecciones de la primera mitad. El Real Jaén explotó, se desmelenó y ofreció unos minutos primorosos. Pudo anotar un par de goles más antes de liquidar el encuentro con una maravillosa jugada de Geni. La Victoria fue entonces una fiesta. Hasta aparecieron la ola y los gritos de olé. El éxtasis fue total. Por fin, el Real Jaén supo dar belleza a su fútbol y entusiasmar a una afición que acabó entregada a los jugadores.