Ratas, viejos vicios y plegarias no atendidas
Vías de agua. La metáfora parcial corresponde a un Manuel Chaves dolido con las bajas de última hora del escalafón socialista y, en concreto, con la de Bono, alias “El Melenas”. El paso atrás de la vieja guardia no tiene una lectura positiva por más que se quiera calzar con la renovación. Son demasiadas bajas y algunas se explican con la menos sutil imagen de que las ratas son las primeras en abandonar el barco. El poder une, fija y da esplendor. Que se lo pregunten si no a la exalcaldesa de Jaén, Carmen Peñalver, quien ha comprobado en pellejo propio aquello del valor de la “amistad” política. Los enemigos ahora le salen de debajo de cada adoquín del tranvía. De estrella de mitin a arrinconada por sus propios compañeros. El valor de la disidencia en tiempos de cólera es cuestionable, siempre tendrá más peso en los días de vino y rosas. La lectura simple y llana, que quién la puso, la quita y, mientras tanto, los ciudadanos se entretuvieron un rato. Pura oligarquía de mando de nuestros democráticos partidos.
Cuestión de imperios. Obama está preocupado por nuestra salud. Malo. Es como si el de la funeraria te tomara las medidas a escondidas. El imperio que nos inoculó veneno “subprime” nos sitúa en el mapa, se acuerda de nosotros y le preocupa nuestra palidez, nuestra falta de vigor y nos ofrece consejos de sabio a precio de saldo. Otro imperio tocado por la fe que mueve montañas se vende en lote para el desguace laboral. Nueva Rumasa tuvo los vicios
de la vieja y ahí estamos fabricando promesas de iluminado. Cuando el imperio venido a menos se haya troceado, ¿dónde quedará el dinero público adelantado? Pongan celo en el desguace y, al menos, salvemos el honor y los muebles. Inevitable no acordarse de la ilusión que los trabajadores de Primayor pusieron en una industria dulcera con los pies de barro. Y como las desgracias, dicen, no vienen solas esta semana en otra mueca amarga de ese destino caprichoso y cabroncete les dan los buenos días con sanciones de más de 50.000 euros por manifestarse sin permiso. Paciencia, una palabra difícil hasta de pronunciar.
Decía Gomaespuma torciendo el refrán: “Cuando Dios aprieta, ahoga pero bien”. Y ahí está el señor todopoderoso haciendo horas extras en plan alemán. Ya escampará, tiene que hacerlo.
Cuestión de imperios. Obama está preocupado por nuestra salud. Malo. Es como si el de la funeraria te tomara las medidas a escondidas. El imperio que nos inoculó veneno “subprime” nos sitúa en el mapa, se acuerda de nosotros y le preocupa nuestra palidez, nuestra falta de vigor y nos ofrece consejos de sabio a precio de saldo. Otro imperio tocado por la fe que mueve montañas se vende en lote para el desguace laboral. Nueva Rumasa tuvo los vicios
de la vieja y ahí estamos fabricando promesas de iluminado. Cuando el imperio venido a menos se haya troceado, ¿dónde quedará el dinero público adelantado? Pongan celo en el desguace y, al menos, salvemos el honor y los muebles. Inevitable no acordarse de la ilusión que los trabajadores de Primayor pusieron en una industria dulcera con los pies de barro. Y como las desgracias, dicen, no vienen solas esta semana en otra mueca amarga de ese destino caprichoso y cabroncete les dan los buenos días con sanciones de más de 50.000 euros por manifestarse sin permiso. Paciencia, una palabra difícil hasta de pronunciar.
Decía Gomaespuma torciendo el refrán: “Cuando Dios aprieta, ahoga pero bien”. Y ahí está el señor todopoderoso haciendo horas extras en plan alemán. Ya escampará, tiene que hacerlo.