RAQUEL GONZÁLEZ FELGUERAS: "El trabajo en la autoescuela es el que mejor me va"

JUANA PASTOR RAMA
Pasó su infancia en Mengíbar, estudió en el colegio Manuel de la Chica y, después, FP, concretamente, la rama administrativa, en el instituto Albariza. Allí vivió su niñez y parte de su juventud, de la que guarda muy buenos recuerdos. Años más tarde, vino a vivir a Jaén junto con su familia por el traslado de su padre. Su hermana ya vivía en nuestra capital por motivos de estudio. A sus padres, Andrés y Dori, les está muy agradecida por haberle enseñado todo lo que es como persona, orientándola siempre en la buena educación: Mantener a la familia unida, junto con sus hermanos, Eva y Óscar, que son muy importantes para ella y con los que puede contar siempre.

    19 may 2013 / 09:04 H.

    —¿Fue importante para usted el entorno familiar?
    —Así es. Recuerdo a todos los demás, tíos y primos, y, por supuesto, a buenos amigos, que son también grandes pilares en mi vida. Por supuesto que me iluminan el caminar diario mis dos hijos, Raquel y Nacho. Ellos son lo más grande que me ha pasado.
    —¿Cómo llega a desempeñar el cargo de gerente en una autoescuela?
    —Bueno, el principal artífice de que yo me embarcara en esta aventura fue mi marido, Manolo. Puedo decir que de él aprendí todo lo relacionado con mi trabajo. Fue el que me enseñó y con el que comparto mi labor diariamente. El negocio lo llevamos entre los dos. ¡Qué voy a decir yo! Es una gran persona y un buen profesional.
    —¿La autoescuela que ustedes gestionan tiene mucha experiencia?
    —Sí. La autoescuela Claxon comienza en el año 1993, aunque ha pasado por varias fases, pero está, realmente, desde esa fecha. Existió una sucursal en Mancha Real y todavía existe con nueva dirección.
    —¿Dónde está la autoescuela Claxon?
    —A lo largo de estos años, ha estado ubicada en varios sitios, aunque no se ha movido de la zona. Siempre nos ha parecido una buen sitio. Antes, estaba cerca de la Escuela de Magisterio y los peritos aprovechaban sus ratos libres para ir a la autoescuela. Actualmente, se encuentra emplazada en la calle Cristo Rey, concretamente en el número 3, por lo que está próxima, también, a una residencia de estudiantes.
    — ¿Desde cuándo trabaja en ella?
    —Yo empecé a trabajar en ella en 1996, ya hace diecisiete años, y puedo decir que es el trabajo de mi vida. Me encanta el trato con el público. Además, por aquí pasan tan diferentes tipos de persona, edades, profesiones y nacionalidades que aprendes tanto y tantas cosas. Quien me conoce, sabe que es el trabajo que más va conmigo, difícilmente me amoldaría tanto a otro.
    —¿Forman ustedes para todos los permisos de conducción?
    —Sí, aunque en nuestro centro carecemos de algunos permisos, tenemos otra autoescuela, Ciudad de Martos, con la que contamos  para poder dar a nuestros clientes todo lo que nos demanden referente a permisos de conducción.
    —¿Qué porcentaje de aprobados se da en su autoescuela?
    —Intentamos que sea lo más alto posible y aportar al alumno la máxima profesionalidad y las últimas actualizaciones que existen en lo que tiene que ver con los contenidos de exámenes teóricos y prácticos con el objetivo de que el alumno vaya lo más preparado posible y tengamos los mejores resultados.
    —¿Se da toda la información completa a los que piden orientación sobre el permiso que solicitan?
    —Por supuesto que sí. Forma parte de nuestro trabajo orientar al alumno sobre lo que nos solicita. Dependiendo del permiso que quiera obtener, la información varía. Por eso, nuestra función es, también,  mantenernos al día de las reformas que pueda haber.
    —¿Podemos hablar de categorías en el sector de las autoescuelas?
    —Como en todo negocio o trabajo, hay profesionales y no profesionales. Creo que la respuesta está clara.
    —¿Se ha reducido el número de alumnos en su empresa, dada la situación actual?
    —Sí, claro que sí. ¿A quién no le ha afectado esta situación? Aunque deberíamos pensar en que hay que formarse y que el que más formación tenga, más posibilidades tiene para ser el elegido en un puesto de trabajo. Esto tiene que cambiar.
    —¿Qué  ofertas o ventajas dan a quienes decidan sacarse el carnet en estas fechas próximas?
    —Nuestra oferta es ajustar al máximo los precios. Esto es algo que ya venimos haciendo. Respecto a las ventajas, nuestro objetivo es dar lo mejor de nosotros en nuestro trabajo, hacer todo lo que esté en nuestras manos para que, en todo momento, los posibles clientes queden satisfechos.
    —¿Existe mucha competencia en cuanto a las ofertas de las autoescuelas?
    —Muchísima, pero no somos nosotros, precisamente, los que formamos parte de esa competencia de ofertas. Como he dicho anteriormente, nos ajustamos al máximo para dar los mejores precios y la mejor calidad en la enseñanza. Pienso que no llevamos un juguete en la mano y, a mí, como madre, me preocupa la enseñanza de mis hijos en todos los niveles. En definitiva, guarda relación la calidad de la enseñanza con el precio.
    —¿Entre sus alumnos hay más hombres o más mujeres?
    —La incorporación de la mujer al mundo laboral en todos los campos hizo que no haya discriminación. En nuestra autoescuela quizás haya más mujeres.
    —¿Cree que la gente debería de reciclarse en la formación vial?
    —Sí, claro que sí. No hablo solo como negocio, sino de seguridad para todos. Aparecen nuevas normas,  señales,  otras se olvidan. Estoy convencida de que sería bueno para todos. De hecho, muchos alumnos que obtienen el permiso de conducir y no conducen durante algún  tiempo, vuelven a dar clases prácticas.
    —¿Tiene en su centro otro tipo de formación distinta a los permisos de conducción?
    —Sí, tenemos varios cursos de formación distintos a lo mencionado, como manipulador de alimentos, carretillas elevadoras, movimientos de tierra, etcétera. Bueno, hay que abrir un poco el abanico de posibilidades para tirar hacia adelante en estos tiempos difíciles.
    —¿Cuántos son los profesionales en su autoescuela?
    —Además de Manolo y yo, contamos con otro profesional, Aurelio. Ahora mismo, es la plantilla que necesitamos, aunque, en años anteriores, hemos llegado a ser cinco trabajadores. Hay que adaptarse a las necesidades del negocio.
    —¿Su centro está dotado de profesionales titulados?
    —Claro, si los profesores no cumplen con los requisitos exigidos o las titulaciones necesarias, no pueden ejercer su profesión.