Rajoy, rescatado por la campana
Muerto el faraón gallego, don Manuel Fraga, dueño de la calle, aceras incluidas; aparece tras la tormenta de apaleamiento de varias noches, el 25-S, por coger alguna de la muchedumbre que reclamaba al redentor (Rajoy), y sus apóstoles (toda la errática caterva de ministros), el máximo dicente, don Mariano (ausente, como se queda tan bien en las esquelas mortuorias), y la otra sarta de embaucadores y embusteros, en una partida de cartas, poco menos, en el Congreso.
Y es que cabalgan desconectados o haciéndose los locos de todo, pertrechados tras las barandas y el gran despliegue policial, que inocula sus maldades. Donde por cierto, vale a un número, comer en el Congreso, un menú de cinco primeros y tantos segundos, más barato que a un escolar a plato único en su colegio. Ahora, tras el avasallamiento de las congelaciones, recortes en Sanidad, enseñanza, asistencia social, copago médico, subidas de servicios básicos, y un largo etcétera. Encima, el ministro Tontoro, nos coloca unos presupuestos donde mintiendo, dice que suben las becas y Sanidad. Estocadas al desempleo; portada realista en New York Times, donde los paisanos, aparecen como figurantes, junto a otros que rebuscan la comida en contenedores, a cuatro columnas, señalando a más, que Cáritas ayuda a un millón de españoles. Mientras, el relevo viperino de la Aguirre, Cristina Cifuentes, quiere negar que el pueblo defienda la verdad real. Por su triempleo, 243.000 euros se embolsó el año pasado la Cospedal, sus parlamentarios sin sueldo. 80.000 parados más en septiembre y árnica de las comunidades autónomas a Don Mariano.
Maestro industrial
Nicolás Ortiz