Rafa Payán carga con el peso

Una vez llegado el momento decisivo, Rafael Payán Vargas comparece. El punta granadino celebró los dos tantos que anotó ante el filial verdiblanco con rabia, con la furia de un hombre que se siente culpable por la sequía goleadora. Nada más perforar la portería de De la Calzada, se fue directo al público, con el que descargó toda la tensión acumulada. Se lo quería dedicar a la afición, a la que conoce perfectamente y con la que se siente identificado desde que vistió por primera vez la elástica azulilla. Es un jugador introvertido que, en contadas ocasiones, exterioriza sus emociones. Pero sabía de la importancia de sus goles para recuperar la autoestima del vestuario y de ahí su encolarizada reacción.     

27 oct 2015 / 11:25 H.

A sus 35 años, la imponente figura de Rafa Payán tiene un notable peso en la plantilla. Nada más señalar Conejero Sánchez el punto de penalti, por el derribo a Corpas, el granadino se fue a por la pelota sin mirar a nadie. Francis Ferrón trató de disuadirlo para que le dejara tirar la pena máxima. No hay orden de lanzadores establecido en el Linares, por lo que lo ejecuta el jugador que más confianza tiene en ese momento, y a Rafa Payán no le gana nadie en seguridad. Francis Ferrón asintió con la cabeza y se retiró de la discusión. Esa asunción de responsabilidades es lo que hace a Rafa Payán un futbolista insustituible, clave para cualquier equipo. Inmutable en su convicción de que él es un delantero y su sitio está en el corazón del área, el máximo goleador del equipo en el actual curso, con cinco tantos, tres en Liga y dos en Copa del Rey,  sigue creciendo como futbolista en un club que encaja como un guante en su manera de entender la vida desde la humildad y la honradez.    
Líder. Apodado “El Sultán”, por su origen nazarí y su poblada barba, lleva peligro en cada acción que protagoniza dentro del área. Pura potencia física e inusitada agilidad, a pesar de su edad, justifica su alineación en cada partido. Es de los pocos jugadores a los que Torres no se atreve a tocar. Tanto es así, que ha jugado más de un partido infiltrado, ya que su sola presencia en el campo estimula al resto de sus compañeros y, por su puesto, a los hinchas, que, cada domingo, se quedan sin calificativos para describir su amor hacia el exfutbolista del Arenas de Armilla, Granada Atlético, Extremadura y Maracena, entre otros conjuntos. Prueba de ello es la ovación que se llevó cuando fue sustituido por Juanfran. Hacía mucho tiempo que Linarejos no despedía de esa manera a un futbolista. Dos minutos de aplausos y de vítores para Rafa Payán, cuyo nombre va camino de convertirse en leyenda. “Es un jugador esencial para nosotros y su profesionalidad y cariño por este club es para quitarse el sombrero”, admite Torres.