Radares móviles localizados
La decisión llega cargada de cierta polémica, aún más en una época del año en la que se multiplican los desplazamientos de manera exponencial.
Más de ochenta millones de vehículos se esperan en el dispositivo especial de este verano, que se pone en marcha mañana viernes. La Dirección General de Tráfico (DGT) tiene previsto hacer pública hoy la ubicación de los más de 1.200 tramos donde se colocan los radares móviles en un total de cincuenta provincias del país, un listado que se suma al que ya se difundió de manera parcial el pasado Puente de Mayo.
De una parte, para ciertas organizaciones como la de Víctimas de Accidentes de Tráfico, la medida es en sí misma un “sinsentido”, porque si su función en teoría es estar ocultos en las zonas peligrosas potencialmente donde se excede el límite para castigar a los infractores, no tiene lógica que se advierta su presencia como ya se hace con los fijos. Parece, así, que cualquier conductor pueda pensar que se puede correr con impunidad, por lo que la vigilancia será estéril. En el otro lado, desde diversas asociaciones como RACE se entiende que la decisión es buena, porque se colocan donde realmente hay tasas de elevada siniestralidad y en ese tramo los conductores extremarán la precaución al volante, que es de lo que se trata a fin de cuentas.
Con detractores y defensores casi a partes iguales, será más a medio plazo, con los resultados sobre la mesa, cuando se podrá evaluar la idoneidad de la iniciativa. En todo caso, sería necesario, también, que desde Tráfico se evaluara hasta qué punto influye en los accidentes el estado de la carretera, otra importante variable a tener en cuenta, y se actuara en consecuencia.