Radares en la ciudad
Nueva campaña que la DGT está desarrollando en colaboración con muchos ayuntamientos de nuestro país. Medida que, dicen, es un esfuerzo continuado para erradicar comportamientos que suponen la asunción de un alto riesgo para conductores y peatones. En Jaén, para erradicar riesgos para conductores y peatones sería mejor reponer y reparar las señales de tráfico partidas o deterioradas, semáforos que no funcionan, señales de suelo total o parcialmente borradas,
falta de luminosidad en muchas vías de nuestra ciudad, asfalto en mal estado con multitud de baches y badenes, mobiliario urbano y vegetación en las medianas que impiden la visión a peatones y conductores y un largo etcétera. También se podría ayudar erradicar estos riesgos concienciando a conductores y peatones a que respeten las normas de circulación y no transiten por sitios indebidos. Lo que tengo clarísimo es que colocar radares en una ciudad como Jaén es recaudación tributaria encubierta. Se trata de un modelo de gestión oscuro que poco contribuye a nuestra conciencia cívica y desvirtúa la función real de la multa. La DGT y sus nuevos socios no deberían anteponer la recaudación a la concienciación, sabemos que se dejan de multar infinidad de infracciones mucho más peligrosas, pero con la crisis entiendo que hay una nueva tendencia a convertir a policía y guardia civil en máquinas de sancionar. Volvemos como siempre al tema de la crisis hay que inyectar dinero en las calles no lo contrario, otra política de corte antieconómico. Suma y sigue.
Economista
Alfredo Font