"Y la caravana comenzó a rodar sin mirar atrás..."

Texto: Diana Sánchez Perabá/ Fotografías: Justi Muñoz
Un día de sol se nos ocurrió otro futuro, otra dirección / él preguntó qué hubo que apostar / la caravana comenzó a rodar sin mirar atrás...”. La canción “Caravana” de los granadinos Lori Meyers puede ser la banda sonora perfecta para la familia Torres Guerrero, integrada por José Luis Torres Carpio, Antonia Guerrero Martínez y sus hijos Miguel y Virginia. Para ellos, tomar carretera y manta es algo más que emprender un viaje sin más; es vivir una experiencia en la que las vacaciones estivales cobran gran protagonismo y se suman, cada temporada, a las rutas que realizan durante el año.

    05 ago 2012 / 10:37 H.

    De Norte a Sur, de Este a Oeste, con su casa móvil, los jiennenses descubren rincones de la Península Ibérica en cada salida. Porque el romanticismo de este medio de transporte y alojamiento no solo lo dejó claro el televisivo Jesús Puente con su caravana del amor; la aventura que implica salir con este “carruaje-casa” supone compartir y, sobre todo, improvisar, símbolo de un espíritu libre. Lejos de la idea de quienes piensan que esta manera de viajar es sinónimo de “pasar fatigas”, para esta familia la gran ventaja es la flexibilidad de movimientos que, a diferencia de una autocaravana, les otorga remolcar su habitación personal de un lugar a otro y, después, contar con el coche independiente para hacer paradas más pequeñas en un día.
    El padre de esta familia jiennense siempre fue un amante del mundo de la acampada. Recuerda que en su época de estudiante quedaba con sus amigos para ir de acampada a la sierra de Cazorla, donde el contacto con la naturaleza los reactivaba y les permitía escapar de la monotonía de la ciudad. Esta afición fue respetada por la que ahora es su esposa, por aquel entonces su novia. Y es que en los veranos de Antonia Guerrero se acomodaban en el chalé. Pero como todo en la vida, la adaptación de las costumbres de la manera más salomónica posible es lo más inteligente, por lo que la pareja llegó a un acuerdo: “Ella sabía que me gustaba mucho salir de campin, de forma que solo me propuso una condición: En lugar de tienda de campaña iríamos en caravana”, dice con una media sonrisa José Luis Torres. Así que, en 1987, compraron su primera caravana. La que les acompañaría durante doce años para sustituirla otra con la que llevan dos años de viajes. “Cuando nos hicimos con la primera caravana no estábamos solos, pues mis amigos también tenían y nos juntábamos en la asociación provincial, que ya existía”, indica Torres, quien destaca que guiados por este colectivo han conocido gran parte de la provincia de Jaén. 
    Así, con su casa a cuestas, los Torres Guerrero se unen, al menos un fin de semana al mes, con los caravanistas para compartir unas minivacaciones. “Decidimos el lugar al que vamos y pedimos permiso al ayuntamiento correspondiente. Una vez en la zona de acampada, los niños se lo pasan en grande y los adultos participamos en diferentes actividades”. Las fiestas tampoco faltan en estas quedadas viajeras. Y como luego, la cama la llevan a cuestas y el volante puede esperar, tampoco hay problema si se toma alguna cervecilla que otra.
    Amantes del viaje, en época estival la familia jiennense aprovecha los días que los padres disponen de vacaciones para arrancar el motor de su caravana y recorrer kilómetros para estacionar en los diferentes cámpines españoles y portugueses que conocen de momento. “Entre otros lugares hemos estado en Santander, Asturias, Badajoz, Cáceres, Valencia y Zaragoza, y Andalucía, prácticamente, nos la hemos recorrido entera”.
    Para los pequeños de la casa Miguel y Virginia, sus vacaciones no solo saben a mar o a montaña. Conocen muy bien lo que es el asfalto de una carretera y, como si fueran  retoños de un grupo de música, los viajes sobre ruedas son, para ellos, el gran momento del verano. De cuerpecitos ágiles, tanto la benjamina, de ocho años, como el primogénito, de quince, se desplazan con soltura y gráciles movimientos en el interior de la caravana. Allí lo tienen todo —o casi todo— para que las paradas en cualquier punto de España sean tan confortables como una tarde de agosto en su propia casa de Jaén. “Cuando viajamos con otras familias se lo pasan muy bien, porque hay más niños, y aunque con nosotros también disfrutan mucho, el recorrido es algo más cansado para ellos”, asegura el padre, quien no tarda en matizar que una vez que paran en la zona de acampada, no tardan en buscarse sus propios amigos y desaparecen. Independencia de desplazamiento con la caravana que se transmite hasta en el carácter abierto y extrovertido de quienes la habitan. De esta manera, sobre la mesa y las sillas adaptables la pequeña sopló su primera vela de cumpleaños un 4 de septiembre, rodeada de su hermano, sus primos y amigos. “Apenas tenía unos días de vida cuando Virginia salió con nosotros en la caravana. Con este tipo de vacaciones los niños se abren mucho al mundo”, dice la madre. Pero Virginia y Miguel aprovechan también las vacaciones de verano para ir al campo de sus abuelos o para salir con sus amigos. “El problema es que, en estos meses en Jaén, es difícil que haya gente, con tanto calor”, apunta rápidamente su madre mientras la pequeña la mira con complicidad.
    Las vacaciones en un campin se han convertido en otra vida para la familia: “Vamos con amigos, pero allí también conocemos a otras personas, incluso mantenemos el contacto o nos encontramos en otros lugares”, expresa Antonia Guerrero, que recuerda lo hospitalarios que fueron los portugueses que conocieron en los cámpines del país luso, uno de sus últimos destinos. “Recorrimos toda la zona del Algarbe. Nos comunicábamos muy bien con ellos, incluso algunas mujeres me dieron recetas de bacalao, que lo hacen de muchas formas”. Una manera de conocer, desde lo más auténtico, las costumbres de una zona, ya que el intercambio cultural es de tú a tú. “Muchas veces, los que están en la misma área de acampada te indican cuáles son los mejores puntos para visitar, tanto en las zonas de campo como en el pueblo. Y esa información no la encuentras en un guía turística, pues te la da gente que conoce bien esa zona”.
    Abiertos a todo tipo de viajes pero adaptados a  sus necesidades, José Luis, Antonia y sus hijos a veces dejan aparcada la caravana y aprovechan las ofertas hoteleras que les permiten rápidas escapadas a rincones como, por ejemplo, Mojácar (Almería). Además, el matrimonio se permite algunos días para ellos. “Siempre que podemos hacemos una escapadita sin los niños, normalmente en octubre que es cuando tengo más días de vacaciones” Este año tienen como destino final el Puerto de Santa María (Cádiz), donde las pasarán con unos amigos en una casita durante esta semana. “Luego, nosotros cuatro cogeremos la caravana para ir a otro sitio”, cuenta la pareja. ¿El siguiente destino en familia? Aún no lo saben. La emoción de la improvisación es el aliño principal de sus vacaciones y se nota. “Cuando volvamos del Puerto decidiremos si playa o montaña”, dice Antonia Guerrero, despreocupada. El resto es cuestión de contar con una zona para acampar, que reservan por medio de un telefonazo y, lo más importante, pasarlo bien sea cual sea la elección.
    Así, como si retornará a Jaén, sin despedirse de unas vacaciones definitivas y al ritmo de la canción “Caravana”, los Pérez Martínez “vuelven de noche / no les gusta madrugar / y en la carretera están”.

    Cómo tener a punto la caravana y la autocaravana


    Una caravana o autocaravana requiere de un mínimo de cuidados y mantenimiento, ya que a las peculiaridades de un automóvil se suman las de una casa con instalaciones de gas, electricidad o agua. A la hora de comprar uno de estos medios de transporte, además, hay que tener en cuenta ciertos aspectos en función de las necesidades y posibilidades.
     
    1Para tener a la vista los mapas de carreteras en formato hoja se aconseja utilizar portanotas de ventosa fijado en el cristal. También se recomienda sustituir el bloc de apuntes por el plano doblado por la zona que interesa. No solo es más cómodo para el conductor, sino más seguro a la hora de llevar el volante.

    2En pernocta es aconsejable que el bloqueo interno de las puertas muestre la holgura suficiente para que la puerta, al abrirse, active las alarmas. En algunas cabinas de autocaravana se puede improvisar un bloqueo de puertas haciendo pasar el cinturón de seguridad por el asa de la puerta, antes de su cierre, en el anclaje correspondiente.

    3En verano hay que procurar estacionar con las rejas de ventilación a la sombra: se optimiza el funcionamiento de la nevera. Cuando no se viaja es necesario ventilarlas: dejar las puertas del frigorífico y el congelador ligeramente entreabiertas, así se evitará la creación de moho y que las gomas de aislamiento se deformen, de forma que una total obertura durante mucho tiempo no acabe desencuadrando la puerta.

    4Si se dispone de poca superficie de trabajo y un fregadero no cubierto, se puede ganar espacio colocando sobre el mismo unas tablas de cocina diseñadas “ex profeso”.

    5Una manera doméstica de garantizar la higiene del depósito de aguas limpias es dosificar unas gotas de lejía en él. Para ello se recomienda utilizar aquellos productos de limpieza que indican específicamente este uso en su etiqueta, así como la dosificación que emplear.

    6Después del vaciado del depósito y para evitar malos olores se puede verter una pequeña cantidad de lejía normal por los desagües. Si se va a estar mucho tiempo sin utilizar la autocaravana, es bueno utilizar esas lejías densas y jabonosas, realizar unos cuantos kilómetros para que se desincrusten los residuos que acabarán haciendo mal olor y, acto seguido, vaciar por completo el depósito. Finalmente, se aconseja colocar los tapones en todos los desagües. Después del vaciado no hay que olvidar el cierre de las válvulas correspondientes, para evitar vertidos innecesarios.

    7Al comprar una autocaravana hay que procurar conseguir los manuales de los electrodomésticos existentes. En un futuro pueden ser útiles para identificar piezas de recambio, distribuidores homologados, montarlos o desmontarlos.

    8Para recordar con facilidad la presión de inflado de los neumáticos se puede anotar con un rotulador indeleble y en una parte oculta de la carrocería próxima a las ruedas la presión especificada por el fabricante.