Quitarse el corazón de piedra

El arzobispo de Madrid ha tomado posesión de su nuevo cargo el 25 de octubre. Y declara que quiere: “Ofrecer la cercanía de Dios a los que no están cerca de la Iglesia”. Otra idea de interés: “Quisiera que la medida de mi amor fuese el amor sin medida, esa capacidad de no buscar qué dar sino de buscar darme a mí mismo”, ha indicado.

    28 oct 2014 / 09:57 H.

    También insiste en la “tragedia” del mundo actual: “En estos momentos hay mucha gente que está sufriendo, viviendo grandes necesidades; gente que no tiene trabajo, no tiene horizontes, ni tan siquiera lo más esencial para vivir dignamente”. Y para estar muy cerca de estas personas y de estos problemas, Osoro quiere seguir al Papa Francisco y hacer como Jesús: “Que vino no para ser servido sino para servir y dar la vida por todos”. Y precisa: “Me falta mucho, pero eso es lo que quisiera dar”. Con palabras llenas de ilusión, de una ilusión basada en el compromiso y en la esperanza dice: “Voy a animar a los madrileños a no quedarse en el salón, a ayudar y a quitarse el corazón de piedra”. Ha insistido en que los problemas que más le preocupan es la situación de “tantos jóvenes y familias sin trabajo”. Además, ha alertado de las “esclavitudes” que hay ahora y ha precisado que “la peor de todas” es “que no hay un dibujo real de lo que es el ser humano” lo que provoca que unos se “utilicen” a otros. Ante esta agónica realidad, Osoro se propone recuperar ese dibujo de un hombre: “Responsable” y “tolerante”, valores que según ha dicho hace posible que crezca el ser humano en libertad. El dibujo del hombre que fomenta la visión del hombre en su totalidad, que tiene que exigir derechos pero cumplir deberes, que ve de frente los problemas”, ha remarcado en última instancia para concluir.