¿Quién será el próximo?

Viven aprisionados por la interinidad. La experiencia les dice que cualquier cambio de aires con origen en Sevilla puede causar algún resfriado con destino en Jaén. En realidad, todas las provincias andaluzas están expuestas al catarro cuando la “enfermedad” del cambio se propaga.

13 jul 2015 / 09:27 H.

Hubo elecciones autonómicas, entró un nuevo equipo de Gobierno en Andalucía y llegó el momento del cambalache de nombres y apellidos que, sin duda, tendrá su particular efecto dominó. Cualquier martes es bueno para que salte la noticia. La paciencia es un grado cuando el que espera desespera. El horno está encendido y dispuesto a cocinar los ingredientes que receten los expertos en aderezar todo lo que sabe a política.

La Delegación del Gobierno en Jaén es, sin lugar a dudas, el sillón más sabroso en una persistente cotidianidad sometida al cambio. Para algunos forma parte de su mejor sueño y para otros, de su peor pesadilla. Para gustos, los colores. Sin embargo, lo cierto es que nadie se atreverá a hacer ascos a un plato que, por muy mal cocinado que esté, siempre tendrá buen aroma recién salido del horno.
Es pronto para contestar a la pregunta del millón. Todavía queda por ratificar la estructura de las delegaciones territoriales para empezar a abrir el melón. Las previsiones apuntan a que se aumentará el número de delegados en las provincias, pero nunca similar al incremento de consejerías. Ocho o nueve serían los nombres que estarían en el candelero ahora más que nunca. Dicen los que entran y salen de la calle Hurtado que las quinielas están sobre la mesa incluso antes de que tomara posesión Susana Díaz. Precisamente a ella, que siempre tiene la última palabra, le corresponderá dar el “sí quiero” o el “por ahí no paso” a las directrices que marque el partido en cada territorio. Las mismas voces apuntan que Purificación Gálvez habría dado un paso en un cargo especialmente representativo para Jaén. Pero, nada está escrito sobre el papel y, aunque el escenario actual apunta a que así será, la decisión no será definitiva hasta que las partes contratantes estrechen sus manos. Ya hubo quienes la defenestraron hace tres años. Pusieron todo su empeño en impulsar el cambio y, a pesar de su perseverancia, no lo consiguieron. Tres años en los que la alcalaína tuvo tiempo para demostrar su sobrada valía y dejar el listón bien alto.

Su relevo preocupa y ocupa a las cabezas pensantes del socialismo jiennense. Suenan nombres, de hombre y de mujer, para tan prestigiosa medalla. Los cupos territoriales y las deudas históricas afloran. Cuentan las hemerotecas que, desde que se constituyó el Parlamento de Andalucía, nueve son los delegados del Gobierno —antes de Gobernación— que tuvo Jaén. Solo tres pertenecían a la agrupación socialista de la capital. Los seis restantes procedían de algún rincón de la provincia y, sorprendentemente, ninguno de Linares. En la ciudad de las Minas reivindican el saldo de esa deuda histórica acallada siempre con una vicepresidencia en la Diputación Provincial. Un detalle importante: Linares solo tuvo dos delegados —rasos— a lo largo de la democracia. Manuel Rodríguez Méndez, en Fomento y Turismo allá por 1986, y la actual responsable de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Ana Cobo.

El pulso entre las dos ciudades más grandes de este mar de olivos puede tener a la linarense Ana Cobo a un lado de la balanza. Al otro está por ver si se sitúa el ‘capitalino’ Valdivielso. Son los dos nombres que suenan para la Delegación del Gobierno en Jaén. Para el resto de delegaciones, harina de otro costal, también hay candidatos. Un ejemplo, el alcalde de Quesada, Manuel Vallejo. Tiempo al tiempo.