Quién diría que vivimos en el primer mundo

Desde Jaén. Desgraciadamente todavía existen perjuicios y en vez de ir a menos, sinceramente pienso que van a más, nos estamos volviendo seres tan cerrados culturalmente que en vez de avanzar, retrocedemos con pasos de gigante a las antiguas dictaduras, donde no consideraban persona a la raza judía, encerramos la belleza en cánones, la inteligencia en notas y la libertad de decisión en grupos opuestos. Nos consideramos una sociedad progresista, innovadora, moderna.

    24 nov 2013 / 10:10 H.

    Una sociedad que discrimina a una persona por el hecho de ser de una raza concreta y esta según estos no guardar relación con la belleza, pues sí, señores, para ser bella tienes que ser blanca y estar en los huesos principalmente, cumpliendo estas condiciones puedes sentirte orgullosa. Claro que si no las cumples también puedes operarte, hacerte una liposucción, comprar kilos de maquillaje y ya puedes salir a la calle y decir que cumples el canon de belleza, pero bueno si tu color de piel no es blanco no te preocupes, expertos en la materia trabajan duro para desarrollar un tratamiento para el cambio en la pigmentación de la piel, así que ya sabes, no está todo perdido, pero eso si ya puedes comenzar a ahorrar porque cumplir el canon de belleza barato no es. Una sociedad donde o vas conmigo o vas contra mí. Nos importa mucho la opinión que tengan de nosotros, por eso estamos constantemente evitando hacer cosas que no gusten al resto, de algún modo nos reservamos, oprimimos sentimientos, deseos, incluso sueños por el miedo al qué dirán. Nos limitamos, nos hacemos pequeños cuando estamos pendientes del qué dirán, cuando dejamos de sentir, de soñar por miedo al qué dirán, y no nos damos cuenta de que quien de verdad te quiere te apoyará siempre y quien te quiera criticar te criticará con motivos o sin motivos. Estamos constantemente clasificando a las personas, por su forma de vestir, por su forma de pensar. Y aunque no lo creáis haciendo eso no solo limitamos a esa persona, sino que también nos limitamos a nosotros mismos, nos convertimos en seres incapaces de ver más allá de una simple etiqueta. A veces pienso que somos como un gran rebaño de ovejas y unos pocos que dicen llevarnos por el buen camino nos imparten estos valores, valores muy poco positivos, muy antiguos y nada inteligentes en una sociedad tan desarrollada como dicen.
    María Luna Prados Soto