Que viva España
Con toda pompa y boato, don Mariano ha celebrado su segundo aniversario como presidente. Desde luego el más prolijo y embustero de todos los que se recuerdan. Y es que el 20N, da tanto juego. Entre las que nos metió dobladas, me recuerdo lo de los hilillos del chapapote (aunque no era mandatario ya se le veía que podría dar juego).
La tira de años después, el Prestige pasó a la historia como un barquito que se hundió. 30 decretos leyes para sangrar al más desvalido y un millón de parados más. Y con una ola de protestas de un pueblo que no puede tolerar tanta injusticia. Por cojones y bajo palio, nos han colocado la Lomce, donde el ministro más desprestigiado desde que tenemos democracia se sale con la suya. Y ahora, como homenaje a Franco, volvemos al tres o más de tres, reunión ilícita y a soportar los palos que convengan al tío de la vara. Si manifestarse es un derecho. Que los vistan de gris y pongan en forma “las lecheras”. Estamos en el mismo punto. Los únicos agradecidos, la banca y su maná, que estamos pagando todos. Por otro lado, me gustaría saber qué pasaría si detuvieran en una manifestación a 5.000 parados. ¿Sería el Estado subsidiario?, pues están tiesos. Si la judicatura dice que se están metiendo en lo sin coger. Que el dueño de la calle, Fraga, ya se murió. Todo es dar rienda suelta a cuatro apaleadores desalmados, a los que luego se les indulta. Ya hasta se forman bandas de barandas, como el caso del Parlamento valenciano. Por cojones hay que indultar al alcalde de Torrevieja, así lo pide el 80% de compromisarios. Vivan los corruptos y sus adorables indultantes. En Madrid, ahora parece que se han fundido los plomos.
Maestro industrial
Nicolás Ortiz