Que viene, que viene…

Tengo una amiga que no se harta de decirme que no está bien que llame a mi blog El Tranvía y que todavía no haya escrito sobre ese medio de transporte que el Ayuntamiento quiere instalar en la capital. Lleva razón, pero es que no quería pronunciarme hasta comprobar que no nos mentían y que el proyecto estrella con el que la alcaldesa, Carmen Peñalver, se presentó a las elecciones de 2007 iba totalmente encarrilado. En este sentido, la licitación de la dirección de obra, anunciada ayer por la Junta de Andalucía, supone un paso importante en el comienzo de una infraestructura revolucionaria que, para bien o para mal, cambiará la fisonomía de la ciudad. A los jiennenses que reniegan de la iniciativa, les lanzo un mensaje de optimismo y les digo que no tengan miedo, que el tranvía llegará, se implantará y lo haremos tan nuestro como el castillo de Santa Catalina. No está mal que la capital retome aires de modernidad mediante la instalación de un transporte público que, en muchas zonas de Europa, resulta imprescindible para la comunicación. Lo que hace falta es que nos acostumbremos a subir en él y a dejar el coche particular aparcado en casa. Ahora bien, una llamada de atención para el Ayuntamiento: precios razonables para animar a los usuarios. No puede pasar como ocurre, sin ir más lejos, en Torredelmar, donde el recientemente instalado tranvía realiza su trayecto cada día prácticamente en solitario. ¿Por qué? Simplemente, porque es más caro que viajar en autobús.   

    15 ene 2009 / 19:53 H.