Que no, que no lo entiendo

En mi pobreza intelectual hay un concepto que no termino de entender. Dicen nuestros iluminados gobernantes, nacionales y europeos, serviles voceros del gran capital, multinacionales y grupos financieros, que se han de seguir las pautas de la austeridad como única vía para salir de esta crisis, que tan acertadamente a sus propios intereses crearon. Y pienso Yo, la austeridad ¿qué es?, ¿gastar poco en los ciudadanos y mucho en salvar bancos?, ¿que los asalariados ganen menos?, ¿que el número de desempleados sea vergonzante para que la competencia abarate aún más los salarios?, ¿que la protección social se elimine?, ¿que haya menos servicios públicos y los pocos que queden se privaticen? Si este es el desarrollo del concepto van a tener un serio problema. El más inmediato, si los pocos que trabajan obtienen un retribución mísera, dejarán de consumir aquello que hace más ricos a los pudientes. La segunda, si la protección social se disminuye e incluso se elimina, están creando un caldo de cultivo, que más temprano que tarde provocará un levantamiento social, y no deben olvidar, por poner un ejemplo, cuales fueron las causas que originaron la Revolución Rusa. Tercero, y no menos importante. Si privatizan los servicios públicos esenciales, sanidad y educación, éstos les serán deficitarios desde el principio si seguimos sus mismas pautas, a menos dinero de los pobres, menos usuarios que dejen beneficio. En Europa, cuna de grandes civilizaciones y pensadores, ha florecido una casta de políticos que ni piensan ni son mínimamente civilizados, haciendo propias las prácticas del barbarismo intelectual. Se han creído que la economía financiera es lo único que mueve al ser humano en tanto y cuanto, consideran a ese ser humano como un mero instrumento al servicio dócil, sumiso y servil de sus intereses. La austeridad se convertirá en austericidio, todo término acabado en idio pone el vello de punta. Y lo más curioso de todo, no hay gobierno que se precie que no justifique sus propias decisiones de austeridad amparándose en la herencia recibida. ¡Madre mía qué casta! 

    25 may 2014 / 22:00 H.