Que levante la mano

Que levante la mano, quien no haya visto últimamente a alguien jugarse el tipo cruzando la calle, por el hecho de ir escribiendo un WhatsApp. O quien no haya visto a un grupo de adolescentes charlando entre ellos, al tiempo que la música de sus terminales móviles sonaba con mayor volumen que sus propias voces.

    25 feb 2013 / 15:52 H.

    Que levante la mano quien no haya sido testigo de situaciones en las que dos personas, sentadas una frente a otra, tomaban una cerveza sin dirigirse una sola palabra, extasiadas con las historias de su Facebook o Twitter particular. O quien entre cambio y cambio de pista de su partida de pádel, no haya visto a nadie parar a mirar “las perdidas”. Que levante la mano, quien no piense que entre la crisis y la revolución tecnológica andamos un poco perdidos. Me preocupa el hecho de que tanto adultos como adolescentes estamos, los unos perdiendo, y los otros no terminando de encontrar, las pautas mínimas de conducta que han hecho de las relaciones personales y de la riqueza experiencial de las mismas, el valor más importante en la comunicación entre seres humanos, ese que aúna respeto, escucha, atención y aprendizaje. Estamos viviendo el final de los negocios, pero también el de la comunicación entre iguales, tal y como la conocemos. Pasamos de la Era Industrial a la Digital, que ha cambiado la manera de compartir, de comunicarnos, de tomar decisiones. No tenemos la rapidez necesaria a nivel empresa ni persona, para adaptarnos a estos vertiginosos cambios digitales. Crowdsourcing, Comercio Electrónico, Búsqueda, Crowdfunding, etcétera, son conceptos actuales, tanto que Internet y la estrategia online es un motivo, no ya para los Departamentos de Sistemas, ni siquiera para los de Marketing, se trata de un motivo para el Consejo de Administración de las organizaciones, que provoca que las marcas estén invirtiendo en captar y mantener la atención de la gente. El 35% de las personas ya entra en Internet a través del móvil. Y con ello, que levante la mano quien no entienda que aun ganando globalidad, perdemos algo de humanidad. Algunos autores señalan a la Nomofobia como una de las últimas enfermedades provocadas por las nuevas tecnologías. Pero más allá de patologías, habremos de ser responsables y al tiempo que tratamos de digerir estas tendencias globales de economía digital, que sin duda, beneficiarán a nuestros negocios, hemos de exigir, como consumidores de este nuevo paradigma de comunicación, que garantice su compromiso con la sociedad por mejorar personas. Porque ¿qué son, sino precisamente eso, las organizaciones?
    Luis Salido es directivo de empresas