¿Qué fue del “multacar”?
Costó la nada despreciable cantidad de 78.516 euros, pero, hoy por hoy, la situación del coche “ponemultas” —oficialmente, conocido como “multacar”— es una incógnita.

Un misterio en una capital en la que el trazado del tranvía se ha convertido en el aparcamiento improvisado “más caro de Europa” y en el que el estacionamiento en doble fila, en la Avenida de Andalucía, vuelve a ser el pan nuestro de cada día.
La concejal del PSOE, Matilde Cruz, aseguró a este periódico que el vehículo, que se adquirió en el mandato de coalición con IU, con ella como responsable de la Concejalía de Tráfico y Transportes, lleva “más de un año averiado”. Al parecer, se desconfiguró la cámara que lleva acoplada al techo. “No tiene radio de giro para enfocar”, precisó la socialista. Pero no es una avería insalvable. “No sería cuantiosa y se puede subsanar, incluso, a distancia”, aseguró a este periódico. “Es un problema de dejación pura y dura”, sentenció, recordando que uno de los motivos por los que el PSOE e IU decidieron acometer esta importante inversión fue para acabar con los aparcamientos en doble fila y para que, entre otras infracciones, los conductores no ocuparan con sus vehículos las escasas zonas de carga y descarga que hay en la capital, como denuncian insistentemente los transportistas. Sin embargo, la versión del equipo de Gobierno local es diferente.
El actual concejal de Seguridad Ciudadana, Tráfico y Transportes, Juan Carlos Ruiz, admite que el “multacar” sufrió una avería. Pero, según fuentes municipales, pasó por el taller y, en la actualidad —sostienen—, está operativo y funciona con normalidad. Lo que no especifican —si, realmente, está patrullando las calles de la ciudad— es cuándo circula exactamente y cuál es el balance de sanciones que se debe a su influencia.
No obstante, el relevo en el poder local ya supuso una reducción de las multas. Durante el mandato de la socialista Carmen Peñalver, cada año se contabilizaron más de 300 salidas y alrededor de 10.000 denuncias. Unas cifras que, sin embargo, se redujeron exponencialmente hace tres años. La Memoria de la Policía Local de 2012 reveló que el coche “ponemultas” había efectuado 165 salidas y que las sanciones de ese año fueron 2.875. Suponía casi un 70% menos que en el anterior mandato, pero Ruiz adujo que eran números “razonables”, puesto que el “multacar” no funcionaba a diario, sino de forma esporádica, en breves periodos, durante la mañana o la tarde.
Si, tal y como asegura el equipo de Gobierno local, en la actualidad circula, sus recorridos se han vuelto tan ocasionales que son un misterio. Un enigma de casi 79.000 euros pendiente de descifrar.