¡Qué bueno que nos honraste, maestro!
Gracias, maestro, por todo lo que nos ha dado. Lo mucho y eterno que nos quedará de su memoria, ya viva entre los mitos. Por sus inquebrantables ganas de vivir para contarlo y también por sus libros, prosa inconfundible, mágica poesía mundana y sus adentros más recónditos.
Sí. Macondo y el coronel, y sus amores en tiempos de cólera, y su crónica de un secuestro y, cómo no, sus siglos de soledad tan ensalzados como merecidas sus inacabables alabanzas. Y sus cuartillas convertidas en majestuosos artículos periodísticos, como ese náufrago, libro de cabecera para todos los que amamos y sentimos el periodismo a borbotones de sangre. Periodismo que ejerció, periodismo que amó y periodismo, buen periodismo, que lo tendrá a usted como excelso maestro.
(Cuando cada mañana leo los periódicos no es para ver qué dicen,
sino para ver lo mal que dijeron o lo bien que dijeron. Cada mañana es un desastre, y sufro como un perro. Encuentro
muy pocos reportajes que pueden considerarse joyas y cuando lo hago, pienso:
¿Quién será este tipo que lo escribe?)
Hiela esa rotundidad, paraliza y hunde su análisis, pero a la par da alas a quien profese amor eterno al periodismo sin especias, al periodismo que le dice a la gente lo que quiere saber la gente, a ese periodismo escrito que crea belleza con el lenguaje, en cada párrafo, cada requiebro, cada historia de la vida misma que se atreva a contar. Como Gabriel García Márquez, quien hizo del periodismo monumento de la escritura y de la literatura, sublime ejemplo de narrativa embaucadora. Ahora se nos ha ido de entre los vivos el mejor narrador de historias de un siglo que sin él no hubiese tenido la escritura en castellano en el culmen. Sin olvidar nunca sus inolvidables orígenes como reportero: “No olvides, director, que yo en el fondo lo que soy es periodista, me moriré siéndolo”, me dijo un día de noviembre de 2006 en la Feria del Libro de Guadalajara, en México. Gracias, maestro.
En voz alta
20 años de Washington
Dice la canción que 20 años no es nada, pero sí que pesan, o lucen, según sea el caso. Estamos en plena celebración de una efeméride que bien debería ser recordada por la importancia que tuvo y a la que nadie, como pasa siempre con estas cosas, le ha echado el guante para montar una fiesta. Era abril de 1994 cuando medio centenar de jiennenses, comandados por el inigualable José Luis Siles, se marchaban a la capital de los Estados Unidos. Mucho camino queda por recorrer, pero todo lo que se ha hecho después tiene que ver con aquel viaje a Washington.
La Semana de Jaén en Washington fue el primer gran acontecimiento serio de vender aceite fuera
En voz baja
Furnieles y la Ruta del Sol
Murió Piturda, el inconfundible Octavio Ortega al que tanto hacían rabiar algunos, y después desapareció Furnieles. Y con el paso del tiempo, “El Alcázar” ya solo es una marca de cerveza sin cerveza de aquí. A todo esto hay quien le pone marchamo de capitalismo en estado puro y otros que asomamos por las rendijas que nos dejan proclamamos que una poquita de más valentía no nos vendría mal. A Jaén le falta gente que deje para Jaén aquellas buenas cosas de Jaén de toda la vida; a ver si sale algún capaz que se haga con la Ruta del Sol y no le venda a los chinos.
Camino de los 50 años, el famoso restaurante de la carretera de Madrid anuncia su cierre inmediato
Muy personal
Rajiv Gupta, creador de “la nube” para los documentos: “Es muy conveniente renovar la contraseña cada cierto tiempo en internet”.
¡Quién nos estará espiando a diario! ¡Qué de nosotros sabrá gente que no conocemos!
Karina, cantante: “Siempre que voy hay una visita al Abuelo y a la Virgen de la Capilla”.
Y anuncia: “Cerraré mi última gira en Jaén”.
Ana Lechuga, mujer coraje: “Hemos sufrido mucho, pero el esfuerzo ha merecido la pena. Es aire puro. Ahora respiro”.
Tercer grado para Javier Anguita, ejemplos de fortaleza su mujer y su hermana Ángeles.
Adivina...
¿Será cierto que ya superan la decena de empresarios de la tierra los que se han marchado a Guinea?
...Adivinanza
¿De qué sector es el mayor contrato firmado directamente por gente de Jaén con un ministro del Gobierno?
(Cuando cada mañana leo los periódicos no es para ver qué dicen,
sino para ver lo mal que dijeron o lo bien que dijeron. Cada mañana es un desastre, y sufro como un perro. Encuentro
muy pocos reportajes que pueden considerarse joyas y cuando lo hago, pienso:
¿Quién será este tipo que lo escribe?)
Hiela esa rotundidad, paraliza y hunde su análisis, pero a la par da alas a quien profese amor eterno al periodismo sin especias, al periodismo que le dice a la gente lo que quiere saber la gente, a ese periodismo escrito que crea belleza con el lenguaje, en cada párrafo, cada requiebro, cada historia de la vida misma que se atreva a contar. Como Gabriel García Márquez, quien hizo del periodismo monumento de la escritura y de la literatura, sublime ejemplo de narrativa embaucadora. Ahora se nos ha ido de entre los vivos el mejor narrador de historias de un siglo que sin él no hubiese tenido la escritura en castellano en el culmen. Sin olvidar nunca sus inolvidables orígenes como reportero: “No olvides, director, que yo en el fondo lo que soy es periodista, me moriré siéndolo”, me dijo un día de noviembre de 2006 en la Feria del Libro de Guadalajara, en México. Gracias, maestro.
En voz alta
20 años de Washington
Dice la canción que 20 años no es nada, pero sí que pesan, o lucen, según sea el caso. Estamos en plena celebración de una efeméride que bien debería ser recordada por la importancia que tuvo y a la que nadie, como pasa siempre con estas cosas, le ha echado el guante para montar una fiesta. Era abril de 1994 cuando medio centenar de jiennenses, comandados por el inigualable José Luis Siles, se marchaban a la capital de los Estados Unidos. Mucho camino queda por recorrer, pero todo lo que se ha hecho después tiene que ver con aquel viaje a Washington.
La Semana de Jaén en Washington fue el primer gran acontecimiento serio de vender aceite fuera
En voz baja
Furnieles y la Ruta del Sol
Murió Piturda, el inconfundible Octavio Ortega al que tanto hacían rabiar algunos, y después desapareció Furnieles. Y con el paso del tiempo, “El Alcázar” ya solo es una marca de cerveza sin cerveza de aquí. A todo esto hay quien le pone marchamo de capitalismo en estado puro y otros que asomamos por las rendijas que nos dejan proclamamos que una poquita de más valentía no nos vendría mal. A Jaén le falta gente que deje para Jaén aquellas buenas cosas de Jaén de toda la vida; a ver si sale algún capaz que se haga con la Ruta del Sol y no le venda a los chinos.
Camino de los 50 años, el famoso restaurante de la carretera de Madrid anuncia su cierre inmediato
Muy personal
Rajiv Gupta, creador de “la nube” para los documentos: “Es muy conveniente renovar la contraseña cada cierto tiempo en internet”.
¡Quién nos estará espiando a diario! ¡Qué de nosotros sabrá gente que no conocemos!
Karina, cantante: “Siempre que voy hay una visita al Abuelo y a la Virgen de la Capilla”.
Y anuncia: “Cerraré mi última gira en Jaén”.
Ana Lechuga, mujer coraje: “Hemos sufrido mucho, pero el esfuerzo ha merecido la pena. Es aire puro. Ahora respiro”.
Tercer grado para Javier Anguita, ejemplos de fortaleza su mujer y su hermana Ángeles.
Adivina...
¿Será cierto que ya superan la decena de empresarios de la tierra los que se han marchado a Guinea?
...Adivinanza
¿De qué sector es el mayor contrato firmado directamente por gente de Jaén con un ministro del Gobierno?
