"Prime time" plenario
La decisión de emitir las sesiones plenarias, impulsada este mandato, con el objetivo de que todos los jiennenses puedan asistir, desde el sillón de su sala de estar, a los debates municipales debe ser aplaudida por cuanto supone abrir las puertas del Ayuntamiento y dar luz y taquígrafos a todo cuanto allí ocurre. Hasta ahí todos de acuerdo. Otro cantar es lo que se transmite a la audiencia.

Se podría hacer una larga lista de cuestiones que los ediles deberían mejorar en sus debates desde la "casa de todos". Intervenciones que no se respetan, constantes llamadas al orden y pérdida de las formas en más de una ocasión forman parte de las lindezas que estos plenos dejan encima de la mesa. Al menos, el hecho de que estén las cámaras presentes evita que, mientras se debate, algún concejal esté de tertulia con otro, envíe a un conserje a que le haga algún recado doméstico, se ponga a leer el periódico o la mayoría abandone el salón y sólo vuelva para votar. Y todo esto último lo vi personalmente en anteriores sesiones plenarias de otras legislaturas. Si un padre quisiera dar una lección de democracia a su hijo, tendría que acabar apagando la tele por la proximidad del debate en sus formas a la tertulia del programa de Ana Rosa más que a un pleno en el que se decide algo tan serio como el futuro de una ciudad.
La frase del día: "Modestamente, la televisión no es culpable de nada. Es un espejo en el que nos miramos todos, y al mirarnos nos reflejamos".
Jaime de Armiñán (1927) Director de cine, autor teatral y guionista español