Puntos negros en la carretera que suponen un peligro
Dos vías de la provincia se señalan entre las demás de la red viaria del país por su elevada tasa de siniestralidad. Las nacionales 432 y 322 suman en unos tramos concretos más de diez víctimas en menos de tres años, además de los múltiples accidentes que no aparecen en el cómputo por no causar, afortunadamente, víctimas.
Según un estudio realizado por Eurorap es alrededor de una treintena de tramos de carreteras el que entra en ese listado de zonas peligrosas para los conductores. En unas fechas en las que se incrementan los desplazamientos por carretera para encuentros familiares es especialmente importante extremar la prudencia y no olvidar confiarse al volante, por más que se conozca el camino que se va a recorrer. Las imprudencias se pagan caras, y si la carretera no se encuentra en buen estado, el riesgo de accidentes es lógico que se multiplique de manera exponencial. De cualquier forma, es evidente que no todo está en la mano del que lleva el volante, y en muchas ocasiones es la propia calzada la que supone en sí misma un peligro en potencia. Además del esfuerzo de cada particular, es esencial que las administraciones competentes no escatimen medios materiales para las tareas de conservación de las vías, algunas claramente abandonadas con el paso de los años, sobre todo en lo que a la red secundaria se refiere. Después de las últimas lluvias de estos días, algunas de carácter casi torrencial, y los desbordamientos de algunos ríos y arroyos en determinados puntos de la provincia, se requiere un especial esfuerzo para recuperar la normalidad, un trabajo en el que se emplearán varias administraciones públicas. Pero, al margen de este complicado momento puntual, la atención a las carreteras debe ser constante, con mayores inversiones para este capítulo, para poder eliminar los puntos negros del mapa provincial.