Punto final a cuatro días de fiestas

La Feria de Septiembre en honor a San Eufrasio llegó otro año más a su final. El tradicional y atractivo espectáculo de fuegos artificiales que iluminó la noche iliturgitana puso el punto final a los cuatro días de fiesta. La cita, se convirtió en una nueva jornada de convivencia entre las personas que se acercaron a las casetas ubicadas en el real de la feria, en las que no faltó la diversión y el buen ambiente.

09 sep 2014 / 10:00 H.

Fue un nuevo momento para el encuentro de vecinos y visitantes en una jornada agradable, en la que el tiempo acompañó. Las barras de asociaciones y colectivos locales bulleron el último día, con actividades llamativas con las que quisieron atraer a sus socios. Todos ellos disfrutaron de unos momentos agradables alrededor de una mesa, y se divirtieron al son de la mejor música.

Entre ellas, destacó la caseta de la peña El Puro, que promovió, por vigesimosexto año consecutivo, un amplio programa de actividades compuesto por conciertos, concursos y degustaciones de productos típicos de la tierra. Por ejemplo, ayer celebró la prueba de tiro a los dardos, donde hubo trofeo para los dos primeros clasificados. Paralelamente, se desarrolló el concurso infantil de dibujo de carteles de feria y se llevó a cabo la degustación de una rica paella. Por la noche fueron los propios peñistas quienes protagonizaron las actuaciones musicales, para poner así el colofón a la feria.
La tranquilidad y la ausencia de incidentes destacados fueron las notas predominantes de esta última jornada, en la que el ambiente festivo volvió a impregnar a la ciudad iliturgitana. Aún quedaban ganas de pisar las calles del ferial. Es por ello, que un buen número de vecinos aprovecharon el día de fiesta local, y se atrevieron a quedar con la familia y amigos para comer, al mediodía, todos juntos y despedirse de las casetas hasta el año que viene. Además, los niños todavía demandaban el último paseo en las diferentes atracciones instaladas en el recinto ferial. Allí se podían ver a los pacientes padres que acompañaban a sus hijos para que pudieran montarse en los “cacharritos”. Por la noche, y antes de que el alumbrado se apagara, hubo un gran “fin de fiesta” en todas las instalaciones.

Este año, la novedad del entoldado de la Avenida de Lisboa y la colocación de bancos en el recinto ferial fueron del agrado de los ciudadanos que agradecieron estos lugares de descanso. De igual manera, los vecinos consideraron que fue todo un acierto las actuaciones musicales en la calle principal del ferial y que tuvieron lugar en el escenario instalado en la rotonda de la bandera. Finalmente, cabe destacar, que estas tradicionales fiestas, —que para algunos en esta edición fueron descafeinadas en cuanto a contenidos—, contaron con una discreta participación, según criticaron colectivos vecinales y partidos de la oposición de la Corporación Municipal.