“Pulso” entre la Policía Local y el Ayuntamiento por las motos
Muerto el perro, se acabó la rabia.

Este refrán podría aplicarse al conflicto surgido entre la Policía Local y el Ayuntamiento a cuenta de la utilización de las motos del cuerpo. El equipo de Gobierno ha decidido que este año —al menos por ahora— no se hagan patrullas en estos vehículos, que tenían pasada incluso la preceptiva ITV.
El motivo de la decisión fue el “pulso” planteado por la plantilla, que se negó a utilizar las motos, aun a riesgo de ser expedientados, ya que los agentes pretendían una compensación económica por este tipo de servicios. El sindicato policial SIP-AN solicitó las retribuciones “por la penosidad y la peligrosidad de este servicio”. Como expresa su secretario, Pedro García, las retribuciones eran viables, ya que existe un presupuesto destinado para productividad.
García cree que no sacar las motos supone “castigar en cierto modo” al colectivo y tiene como objetivo que el asunto no se convierta en un problema ante la proximidad de las elecciones municipales. Añade que queda en evidencia el equipo de Gobierno “que presume de tener buenos números en las cuentas del Ayuntamiento”. El policía dice que las retribuciones del cuerpo son de las más bajas de Andalucía en proporción con el número de habitantes de Alcalá.
El SIP-AN exige, para cuando se usen las motos, una equipación correcta conforme a la legislación para salvaguardar la seguridad física en caso de caída, ya que, desde que se estrenaron, casi todos los policías que han subido en los vehículos han sufrido accidentes, algunos graves con fracturas.
Por su parte, fuentes del Ayuntamiento se limitan a manifestar que, “como dice el sindicato”, da- da la proximidad de las elecciones, el equipo de Gobierno municipal no tomará decisiones “precipitadas ni coaccionadas”.
La incorporación de las motocicletas de patrulla se produjo cuando Ana Cortecero era la edil responsable. Los tres primeros años los policías prestaban el servicio de manera voluntaria, sin gratificación a cambio. Algunos agentes se negaron a seguir por el supuesto peligro a la integridad física y para la ciudadanía por la falta de material de seguridad. El cuarto año se hizo un listado de voluntarios, a los que se compensaba con horas de descanso, que luego se acumulaban en días libres. Para el SIP-AN ese “pequeño premio” se utilizaba para “crear mal ambiente entre compañeros”. Al no existir voluntarios este año, la Administración local podía haber obligado a que todos los agentes subieran a las motos.
Por otro lado, la Policía Local sorprendió a dos menores, presuntos autores de la tentativa de robo de una moto, a la que cortaron el candado. Uno de los adolescentes, pese a su edad, ya es un viejo conocido para las Fuerzas de Seguridad en Alcalá la Real.