Pulseras con sentimiento para estimular a la pequeña Naiara

El desvelo de una madre. Rosa María Expósito tiene una hija de seis años, llamada Naiara, que padece parálisis cerebral. La enfermedad requiere de materiales y terapias bastantes costosos. Esta mujer, natural de Andújar y residente en Alcalá desde hace tiempo, ha aprovechado su destreza y creatividad para ayudar a la niña. Por ello, con la idea de costear una parte de lo que necesita la pequeña, Expósito comenzó a elaborar pulseras —algo que era solo una afición— y a venderlas.

02 sep 2015 / 10:34 H.


La iniciativa es todo un éxito. Después de la reciente creación de la comunidad de Facebook “Pulseras Naiara”, que tiene más de seiscientos “me gusta”, la progenitora no da abasto. “Esto es la bomba. Estoy desbordada y me he quedado sin material”, explica. Sin embargo, ante el aluvión de pedidos, Rosa María Expósito garantiza que, en unos días, cuando reciba el género todo se normalizará. A través de la red social, la artesana mantiene informados a los interesados sobre la situación.

La autora de los abalorios indica que dedica a la confección de los artículos los ratos libres que le quedan —hay que destacar que también es madre de un bebé de pocos meses—, de manera que, cada día, consigue entre diez y quince unidades. Las piezas están hechas a partir del material denominado “cola de ratón” en el que inserta tuercas de acero inoxidable. El resultado es muy sugestivo, pues obtiene pulseras de múltiples colores, aptas para ser llevadas por mujeres, varones o niños. En cuanto al aprendizaje, es autodidacta, aunque ha recurrido a tutoriales de internet y a consejos de algunos familiares. “Varias personas se han ofrecido a ayudar a hacerlas, pero yo no quiero comprometer a nadie”, dice.

Cada pulsera se vende a un euro y medio. Actualmente están disponibles en establecimientos, como el estudio fotográfico de José Luis Álvarez y en tiendas del casco urbano de Alcalá la Real. Igualmente recibe y atiende pedidos a través de Facebook. La intención de Expósito es continuar en esta línea, con la idea de mejorar, en la medida de lo posible, las condiciones de vida de su hija.

La artífice de las atractivas creaciones está también implicada con la asociación de menores con necesidades especiales Afanies, de la que es secretaria. “Recomiendo a las madres de este tipo de niños que nunca se rindan”, manifiesta la mujer, que elogia servicios como el aula de estimulación conseguida por la entidad alcalaína. En su opinión, el apoyo de las administraciones públicas resulta insuficiente, ya que, al final, son las propias familias las que tienen que hacer frente por su sus propios medios a los costosos tratamientos, entre los que, por ejemplo, se encuentra la hidroterapia. En su caso concreto, ella y sus allegados ya se han acostumbrado a lidiar con la dolencia de su hija mayor, una enfermedad de carácter congénito.