Profesores mileuristas
Para quienes no lo sepan, el sueldo de un profesor se va haciendo con el tiempo. Cuando empecé a trabajar en la universidad tenía que compartir piso porque lo que me pagaban no daba para más.
Nuestro sueldo básico, después de ser funcionarios, es 1.100 euros brutos. El otro día, en la farmacia, oigo dos marujas quejarse de que el 1 de mayo no hubiera clase, porque tenían niños y no sabían que iban a hacer con ellos en la casa. Fácil, no haberlos parido. Y según avanzaba la conversación me daba cuenta de que estas mujeres no han salido a trabajar de su casa nunca, y que las compras y otros tediosos trabajos no son más que excusas para salir a la calle a hablar con las amigas o tomar café, que derecho tienen. Ahora bien, que ni mujer ni hombre tenga el valor de llamarme vaga o inepta porque el 1 de mayo es fiesta, porque yo no di clase, pero estuve trabajando en mi casa en un artículo que tenía que terminar. Que ninguna mujer ni hombre que tienen tiempo para ver 50 partidos de fútbol al mes y beberse una tonelada de lo que les pongan delante me digan que no tienen tiempo para aprender a leer o escribir, porque son analfabetos funcionales. Y desde luego, en toda su vida no se han perdido una juerga ni han pasado noches sin dormir estudiando y preparando oposiciones y más oposiciones. Y en mi casa no entra el dinero que entra en esas casas, que además es en negro y no tienen que declararlo, pero quejarse lo hacen muy bien. ¡Pero qué malos somos los funcionarios!
GENARA PULIDO
Profesora de Universidad