Profesores de Educación Especial
Precisamente ahora que debatimos las cifras de los recortes en Educación, es cuando más hay que redoblar esfuerzos en apoyar la dedicación a los niños con necesidades educativas especiales. Me admiran los casos que palpo relacionados con el profesorado de educación especial.
Han de ser personas que buscan la utopía, esa que cuanto más avanzas más se aleja, pero que tanto enriquece tratar de alcanzarla. Han de ser personas puramente vocacionales, dedicando todo el tiempo que estén en el centro a mejorar las competencias de su alumnado, sin escatimar un minuto, ni un esfuerzo, ni un apoyo. Coordinando todos los recursos que el sistema educativo les aporta: Desde el tutor hasta el EOE, pasando por el resto del claustro de profesores y personal de apoyo. Orientando a las familias sobre la metodología seguida, promoviendo por cualquier medio que en casa se mantenga el itinerario del aula. Hace poco un director me dijo que en la norma escolar no estaba poner deberes para hacer en casa, algo que supongo agradecerán miles de alumnos. Pero esa norma no se cumple. Sin embargo, estos niños especiales tienen que sentirse iguales a sus compañeros, y eso se consigue normalizando su vida, llevando deberes a casa para compartir con su familia y hermanos, alimentando su autoestima para aparcar, aunque sea por unos instantes, su diferencia. Si un docente de educación especial se ampara en la norma para no alcanzar la utopía es que ha dejado arrumbada su vocación. Y también a las familias, que tratan de dejar como herencia la autonomía que estos niños necesitarán en un futuro para reducir su dependencia. Tomás Boyano Sanz