Profesiones de riesgo bajo la fusta del calor
No hace falta ser funambulista para tener una profesión de riesgo. La canícula que fustiga al país y que, hoy, mantendrá a la provincia en el nivel rojo del Plan de Prevención de Altas Temperaturas por máximas y mínimas que, un día más, rebasarán los umbrales de los 36 y 22 grados, hace especialmente vulnerables a ciertos profesionales.
Entre ellos, empleados de la construcción, pero también del sector servicios. En una de las jornadas más asfixiantes, la del miércoles, dos carteros tuvieron que ser atendidos tras sufrir una lipotimia. El responsable de Correos en CSIF, Blas Buendía, indica que esta situación no es nueva. Por eso, desde que, en 2012, Correos modificó las rutas de transporte para hacerlas salir de Granada, una de las reivindicaciones de este sindicato es que la empresa adelante el horario de reparto una hora. “Si, en vez de empezar a las siete y media de la mañana —dice Buendía—, se iniciara una hora antes, el cartero terminaría a las dos de la tarde y, como además de repartir, tiene otras funciones, a la una podría estar en el edificio, resguardado del calor”. Pero la dirección se niega. Habría que alterar toda la cadena.
Tan estoicamente como pueden soportan los efectos del calor los trabajadores del Centro de Interpretación de Cástulo, en Linares. Según Juan José Jiménez, responsable de Museos en CC OO, el aire acondicionado “está averiado”. Para combatir el calor en unas instalaciones “en mitad del campo”, en las que el sol golpea todo el día, solo tienen dos ventiladores, y asegura: “No se puede aguantar”.
Desde junio, CC OO ha interpuesto 16 denuncias en la Inspección por el riesgo de insolación al que están expuestos, entre otros, quienes trabajan en la Autovía del Olivar. Sin embargo, en este caso, no han servido para nada. “Hay una situación anómala, legalmente constituida, por la que las empresas pueden establecer, entre el 1 y el 31 de enero, un calendario alternativo al que contempla el Convenio de construcción y obras públicas”, explica el secretario de Empleo, Francisco Cantero. Como consecuencia, hay “gente trabajando a las cinco de la tarde, a 40 grados, en la autovía” —afirma— cuando el horario para esta época es de ocho a dos de la tarde en jornada intensiva.