Problemas ferroviarios que requieren una explicación política
A un mes escaso de la puesta en funcionamiento del AVE lanzadera que une Jaén-Sevilla-Cádiz, Renfe suspende el servicio por los problemas detectados en el intercambiador de Alcolea que permite que el tren en vía convencional acceda a la alta velocidad y pueda alcanzar los 250 kilómetros por hora.
Una “mejora” inaugurada a bombo y platillo dentro del páramo ferroviario de la provincia y que hace aguas a las primeras de cambio. De esta forma, la línea, inaugurada con retraso y que suponía un pequeño avance en la equiparación de la provincia con los recursos ferroviarios del resto de España y de Andalucía queda en suspenso de forma “transitoria”. La contingencia, que no hace segura la maniobra del cambio de ancho de vía en Alcolea, es investigada por el personal técnico de construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) y de Renfe. Una avería que, aunque no se registró en el periodo de pruebas, evidencia una cierta precipitación en la puesta en marcha de un servicio que apenas supera el mes de funcionamiento y que por lógica no debería dar problemas si los mecanismos previos de seguridad se realizaron durante el periodo de pruebas. De ahí la importancia de que se den las explicaciones técnicas y políticas necesarias. De igual forma que en su puesta de largo, Ministerio y Junta detallaron las características del nuevo servicio y el “avance” que suponía para el transporte de viajeros, ahora se debe una aclaración a los ciudadanos que dejan de tener un servicio más rápido en la línea que une Jaén con Córdoba, Sevilla y Cádiz. No cabe duda de que lo primero es la seguridad y que es necesario, pero también es determinante aclarar qué es lo que ha fallado y quién se hace responsable de esta parada sin fecha de solución. Jaén ha esperado demasiado para contar con servicios que mejoran de manera notable la calidad que se presta al viajero y recortan el tiempo de viaje.