Presupuestos deshumanizados
José María Morillas Mediano/Desde Mancha Real. Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) es una declaración de guerra de este Gobierno al estado del bienestar. Supone el mayor ataque social que se ha dado, en solo 100 días, a las clases medias y trabajadoras de nuestro país. Veamos algunos datos: Una caída del 17% del gasto medio de los ministerios que crean empleo (Fomento, Industria, Energía y Turismo, Agricultura y Empleo y Seguridad Social) que son unos 13.400 millones de euros, lo que afecta muy negativamente a la posibilidad de reactivación de la economía española.
Otro dato, el Producto Interior Bruto (PIB) caerá un 1.7% que supondrá una pérdida de unos 600.000 puestos de trabajo, según los sindicatos. Se elimina 2.458 millones de euros del desempleo lo que pretenden es dar entrada a las empresas privadas para los servicios de empleo, creando un suculento negocio para estos empresarios. Rajoy, Montoro y Guindos y su coro mediático insisten en que estas medias son dolorosas e inevitables y que no hay otra alternativa. Tratan de meternos miedo para que nadie se mueva y nos resignemos sin rechistar, algo que no van a conseguir. El 1 de mayo fue una fiesta reivindicativa e histórica por primera vez en muchos años. Nos dice machaconamente que estos hachazos darán confianza a los mercados, a Alemania, a Francia, al FMI al BCE, a la UE y a la patronal, pero ellos saben, más que nosotros, que estas draconianas medidas solo empeoran la grave situación económica, que aumentarán el paro hasta cifras insoportables. Otro dato, desaparece el gasto en desarrollo rural (agricultura) y disminuye el gasto social en políticas activas de empleo en 1.500 millones. Las ayudas al acceso a la vivienda para jóvenes lo recortan un 42%, el gasto en sanidad lo recortan un 14% y en educación lo recortan en un 36% con lo que desaparece la Educación Infantil de 0 a 3 años, destrozando la conciliación familiar, castigando a las madres, y un 40% menos en la asignación a las mujeres maltratadas. En pocas palabras: se cargan la actividad productiva que es lo que genera empleo lo que conlleva un atentado sin precedentes a las clases medias y trabajadoras que se empobrecen a pasos agigantados; más de una cuarta parte de la población sufre los horrores del paro, mientras algunos empresarios ultramontanos pretenden eliminar el subsidio de desempleo, la población ve desaparecer sus derechos sociales muy trabajosamente conseguidos en los últimos 30 años y todo este ahorro económico lo destinarán para pagar las deudas de las grandes empresas españolas y las de la banca. Son medidas de una dureza sin precedentes. Pero que no nos engañen y que tampoco nos asusten, hay alternativas, el gobierno opta por reducir dramáticamente el gasto en vez de incrementar los ingresos. Podía haber optado por recortar mucho menos el gasto a cambio de recuperar los impuestos a la patronal, a la banca, a las empresas transnacionales, a las grandes fortunas, volver a los impuestos patrimoniales y revisar a fondo la fiscalidad ecológica. Si esto se llevara a cabo, que lo dudo, se lograrían unos 10.000 millones de ingresos adicionales. No sería necesario ni recortar becas, ni acabar la I+D, ni implantar el copago en sanidad, ni reducir el seguro de desempleo, ni quitar las guarderías. Y lo que es insoportable es esa generosa amnistía fiscal para los grandes defraudadores de la Hacienda Pública que solo pagarán un 10%, cuando debían haber tributado un 35% en condiciones normales. Es un perdón inmoral a los pelotazos del ladrillo. Todo esto es ideología ultraliberal, la que se plasma de manera descarnada y deshumanizada en los PGE para el presente año. Lo que tenemos que hacer los trabajadores, movilizaciones masivas sostenidas en el tiempo, que el poder visualice nuestro malestar, huelgas sectoriales (industrias, construcción, servicios) encierros de políticos de izquierdas en las iglesias y en los ayuntamientos para acabar con otra gran huelga general.