01 ago 2010 / 10:20 H.
La decisión del Ministerio de Fomento de paralizar los tres tramos de la autovía del Levante en la provincia se digiere mal por parte de la sociedad jiennense y del propio PSOE provincial, que debe realizar un ejercicio de autoafirmación para presionar a todas las instancias del Gobierno para reconsiderar una postura que daña a una provincia necesitada de estímulos positivos. El contexto de crisis no puede ser una coartada para que de toda Andalucía, Jaén sea la única claramente perjudicada en un asunto capital como el de las infraestructuras viarias. Las palabras de la, por entonces, ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, están vigentes. En su día, la titular del Ministerio dejó claro que esta obra era un motor de desarrollo y riqueza para la provincia y un eje vertebrador para el país. Dando por hecho la validez de esta argumentación, es tarea de los miembros del Gobierno discernir entre los proyectos más necesarios para una sociedad y priorizarlos en lugar de otras iniciativas de menor calado. En este sentido, quizás algunas de las obras realizadas en Jaén con cargo al Plan E producirían si se enumerasen con exactitud. Es evidente que las magnitudes de la inversión no son equiparables, pero también que siempre, y en momentos de crisis más, hay que afinar con rigurosidad en la inversión del dinero público. Esta debería ser una máxima política de gestión como muestra pública de buen gobierno. Alcaldes y cargos políticos socialistas de La Loma suman sus voces de descontento ante el Ministerio en un intento de capitalizar un descontento ciudadano paciente. Mientras la oposición tiene un filón para pasar al ataque, los colectivos jiennenses también deben hacer un ejercicio de responsabilidad para presionar a los dirigentes de la provincia para que, a pesar de los colores políticos, prime el interés de una provincia por delante de intereses partidistas.